martes, 31 de julio de 2012

Conociendo a Tux


Tux es la mascota de Linux. En la página de la wikipedia hablan de sus orígenes. Este artículo pretende presentar a la entidad que hay detrás de esta mascota: Linux.


Técnicamente, Linux es el núcleo del sistema operativo GNU/Linux. Esto significa que en realidad, lo que muchas veces llamamos Linux en realidad se compone de más cosas. Por ejemplo, Xorg (que es el proyecto que permite utilizar tarjetas gráficas para representar imágenes en el computador).

Simplificación de la estructura del Sistema Operativo
Los usuarios utilizamos aplicaciones (LibreOffice, Firefox...) de usuario, y en ocasiones utilizamos aplicaciones de usuario que sirven de interfaz a las aplicaciones de sistema. Por ejemplo, un gestor de ficheros que nos permite copiar, borrar o mover ficheros de una carpeta en la tarjeta de la cámara fotográfica a otra en nuestro computador (estas tareas se realizan con aplicaciones de sistema). El sistema operativo dispone de una interfaz para que nuestros programas puedan usar el computador y que hoy habitualmente es gráfica (Windows, GNU/Linux, Mac OS,...) aunque todavía podemos encontrar múltiples ejemplos de otros tipos de interfaces (electrodomésticos programables, cajeros automáticos, etc.).

Como he dicho, Linux es tan sólo el núcleo del sistema operativo, por lo que muchos preferimos utilizar la expresión GNU/Linux para referirnos al sistema operativo en sí. Sin embargo, la mayor parte de la gente tiende a entender Linux como todo el sistema, y este artículo va en ese sentido también: y es que, como es de esperar, GNU tiene su propia mascota. Es común ver ambas mascotas juntas, por ejemplo en cursos, jornadas sobre GNU/Linux, etc.

 

Sobre la libertad

La otra característica relevante al hablar de GNU/Linux es de índole legal: su licencia GPL. GNU/Linux, como multitud de otro código, es Software Libre, en contraposíción al Software Privativo más conocido (p.ej., MS Windows, Mac OS, Photoshop...). El software libre es software que puede ser modificado o distribuido libremente por cualquier usuario, sin necesidad de pedir permiso o pagar cánones al propietario del software. En contraposición, el software privativo priva al usuario de tales derechos, siendo habitual que simplemente permita el uso del software en determinadas condiciones.

Es usual llamar Software Propietario al software privativo; esto es un error: en realidad, todo software tendrá al menos un propietario, salvo que se declare explícitamente "de dominio público" (como cualquier otra creación intelectual). Así, Linux es propiedad de Linus Tolvards. Que cualquiera pueda modificarlo y redistribuirlo (incluso venderlo) ¡no afecta al hecho de que el código original sea suyo!!

Para más cosas, véase:

 

Sobre su origen

En los artículos y manuales al uso es común que se asuma que el lector sabe muchas cosas de las que se está hablando. Sin embargo, la idea de los terminales Unix de hace 30 años apenas salía de refilón en alguna película americana. Podríamos considerar que Internet comenzó a existir en España en los años 90 del siglo XX y no estaríamos exagerando mucho.

Y es que hay dos momentos clave en el advenimiento de Linux que la mayor parte de lectores españoles no comprenden en su totalidad: el primero, cuando Stallman inicia el proyecto GNU; el segundo, cuando Tanenbaum publica Minix.

Los lectores de tales guías pueden estar familiarizados con Unix; incluso en España, puede que hayan comenzado su andadura informática con MS-DOS; pero para la mayor parte del público, esto no es así.

GNU busca crear un Sistema Operativo sin las limitaciones legales de Unix, pero sin apartarse demasiado de su funcionamiento. Por ello, se desarrollan herramientas que suplen a las existentes en Unix. Eso sí, también se pretende que el sistema operativo pueda funcionar en sistemas muy distintos.

Minix es una versión reducida de Unix para computadores personales; el objetivo de Tanenbaum no era más que proporcionar un ejemplo que los estudiantes pudiesen utilizar para estudiar el funcionamiento de Unix sin tener que pagar las entonces costosas licencias. Además, también podía acceder al código, si bien la publicación de Minix siguió un licenciamiento normal (privativo): podías obtener tu copia al comprar su libro, e incluso ver el código, pero no cambiarlo.

Tolvards trató de desarrollar algo así como una réplica de Minix, pero sin sus límites legales. Pronto comenzó a trabajar con otros programadores a través de Internet y enseguida se encajó el núcleo en el sistema GNU (que entonces aun carecía de dicho componente) en una simbiosis perfecta.

La enseñanza que podemos sacar de esto es lo que conocemos de Unix: GNU/Linux pretende ser, por imperativo de diseño, multiusuario, multipuesto (puede accederse desde otros computadores y ser ejecutado desde ellos); Linux tiene la red integrada (incluso para funcionar aislado). Para usar GNU/Linux utilizamos Terminales Virtuales, que son en realidad una versión de las antiguas consolas que se utilizaban antes para conectarse a un servidor Unix (aunque pueden ser terminales en modo texto o en modo gráfico, más habitualmente en éste, cada vez); incluso en el modo gráfico puedes utilizar Emuladores de Terminal, que son aplicaciones que abren una ventana y te permiten utilizar el computador como si estuvieses en un terminal en modo texto.

 

Sobre su distribución

Scientific Linux
Las Distribuciones surgen para solucionar los problemas derivados de la instalación y configuración de un sistema GNU/Linux. En lugar de instalar todo desde cero, un grupo de gente se encarga de empaquetar las partes principales del software (aplicaciones del sistema, núcleo y generalmente una selección de aplicaciones de usuario). Precisamente, pueden clasificarse atendiendo al sistema de empaquetamiento utilizado o a la selección de software de usuario. Hay distribuciones que usan uno de los sistemas de empaquetado más comunes: rpm (Red Hat Package Manager) o dpkg (Debian PacKaGe); hay distribuciones específicas (por ejemplo, Scientific Linux es una distribución basada en Red Hat creada y mantenida en el CERN).

Una distribución de Linux es, en resumidas cuentas, una colección de paquetes de software (programas) que incluyen el núcleo Linux, las herramientas GNU, y cierta cantidad de software para el usuario (navegadores, aplicaciones ofimáticas, etc.), además de algún sistema de instalación del sistema operativo en el computador del usuario, y de gestión de las aplicaciones instaladas o disponibles en dicha distribución. Hoy es frecuente que los instaladores de las distintas distribuciones ajusten el sistema de forma automática, aunque algunas distribuciones pueden dejar más libertad al usuario en esta tarea.

GNU/Linux funciona en un montón de sistemas muy heterogéneos, así que las distribuciones se centrarán en alguna plataforma dada. Hay especializaciones para computadores antiguos, para servidores Sparc, etc. De hecho, la experiencia del usuario con una distribución dada varía mucho en función de la selección de hardware en la que se centra cada una y el hardware concreto que tiene dicho usuario. Por ejemplo, la inclusión o no por defecto de un driver para utilizar una tarjeta WIFI determinada tendrá distinto valor para nosotros si nuestro computador dispone de dicha tarjeta o no.

Otra diferenciación importante desde el punto de vista de muchos usuarios es acerca de las licencias admisibles en el software a distribuir. Algunas distribuciones, por ejemplo, son muy reacias a incluir software patentado o con alguna licencia muy restrictiva. Esto es más importante si la distribución es una versión empresarial (SUSE Linux, Red Hat Enterprise Linux) o alguna versión de alguna forma dependiente de aquéllas (openSUSE, Fedora...); aunque las versiones empresariales también pueden incluir sus propios acuerdos de distribución de determinado software (por ejemplo, para Flash Player): las conocidas EULAS. Por eso muchas distribuciones no suelen incluir ciertos códecs multimedia, algunos drivers, etc.

jueves, 19 de julio de 2012

El largo camino a un mundo mejor (II): Aprendiendo a aprender

Recuerdo un artículo que contenía una entrevista a alguien entonces miembro del gobierno finlandés hace  unos 15 años. Entre otras cosas, hablaban del esfuerzo que había realizado Finlandia en educación en esa década: el principio que se habían fijado es que si bien todo el mundo es libre de elegir entre educación pública o educación privada, ninguna persona sensata elegiría la opción privada si la pública es mejor. Comenzaron entonces un plan de mejora e inversiones que, como elemento estrella, incluía la introducción de los computadores personales en todas las aulas. Esto fue a principios de la década de los 90 del siglo pasado.

Todo esto vino a mi mente hace algún tiempo, cuando se comenzó (o volvió) a tratar la educación española, aunque esta vez con miras a recortar la inversión en ese capítulo.

En alguno de los momentos álgidos del enésimo debate sobre el modelo de educación, en algún medio escrito citaron el caso finlandés. En tal medio venían a retomar una idea que había sido tratada por el diario "El País" durante otro de esos debates sobre educación a los que parece que nos hemos vuelto aficionados. Y digo esto porque discutimos mucho sobre los modelos posibles y lo que queremos, pero no dedicamos mucho tiempo de reflexión al asunto, así que supongo que habrá mucho de afición a este debate.

En el artículo de El País sobre el modelo finlandés se trataban de analizar los elementos que le habían procurado el éxito innegable, al menos en cuanto a las pruebas del llamado "Informe Pisa". El principal elemento considerado fue la autoridad de los maestros y su buena imagen general dentro de la sociedad, seguido de algunos comentarios sobre el sistema de becas de estudios y diversas consideraciones secundarias.

En ningún lado se hablaba de informática.

Incluso se publican artículos que tratan de minimizar el impacto de los computadores en las aulas. Según las tesis de los firmantes, es obvio que por mucho que se añadan computadores en las aulas, si no se les da un uso adecuado, no sólo no mejorarán las cosas sino que incluso serán contraproducentes.

"... un uso adecuado..."

Más desapercibida, como era de esperar, pasó una entrevista de Ana Pastor a  Bernardo Hernández, director mundial de productos emergentes de Google. Entre otras cosas, debería haber llamado la atención cuando Hernández dice algo así como "se deberían potenciar las ingenierías" y "de los últimos grandes éxitos empresariales, casi todos provienen de informáticos".

Parece evidente que de desarrollar redes sociales no puede vivir todo el mundo, y antes o después alguien tendrá que producir patatas y eventualmente matar cerdos, que es lo que se come, y es quizá la razón aducida con más frecuencia para evitar la "tecnificación" de la sociedad. ¿Hay quizás un punto de encuentro entre ambas posturas?

Los últimos años están marcados por la enésima crisis económica del sistema llamado "capitalismo". En dicho sistema, el capital, por su fácil intercambio y movilidad, es el principal factor económico. Tanto es así que el capital puede comprar el factor trabajo. Nos encontramos en realidad en una evolución del sistema feudal, donde los terratenientes son sustituidos por los poseedores de dinero en cualquiera de sus formas, aunque sea cierto que en teoría cualquier persona pueda cambiar de capa socioeconómica sin estar limitada por el parentesco, proporcionando una mayor sensación de permeabilidad entre grupos sociales de la realmente existente. Como ejemplo, de los grandes proyectos del ámbito informático de las últimas décadas a los que se refería Hernández, ni Bill Gates ni Mark zuckerberg eran de clase baja. En ese sentido, Steve Jobs podría marcar la excepción que confirma la regla, según el viejo dicho.

En realidad, las clases que poseen el capital no necesitan que el sistema optimice mucho los recursos disponibles. Uno podría ver esto como que si optimizas mucho los recursos, es como si de repente dispusieses de más: más, por supuesto, a repartir. Y como es de esperar, la posibilidad de perder el control de un porcentaje significativo de dichos recursos es algo que desearán evitar en la medida de lo posible. Es cierto que no se pueden poner puertas al campo, pero un sencillo paseo por el que está cerca de nuestras ciudades o pueblos nos mostrará un sinfín de alambradas y muros que se esfuerzan por conseguir un efecto similar.

De todas formas, no es el uso de los recursos de un país el único motivo para justificar la presencia de computadores en las aulas. Hay uno muy interesante y discutido: la socialización.

Hay mucha gente que se empeña en que en las últimas décadas hemos asistido a una especie de deshumanización del ser humano. Es posible que eso sea cierto. !Y loado sea!

Desde que se forjaron las primeras rutas comerciales, hemos ido reduciendo las distancias entre cualquier punto del globo. Julio Verne decía que podía darse la vuelta al mundo en 80 días en su famosa novela, y no sabemos si lo habría sorprendido mucho un avión militar o un teléfono móvil. Lo que sí sabemos es el efecto que la relación entre seres humanos ha tenido sobre cada individuo: una incesante mejora continua. En mi opinión, es muy fácil odiar o despreciar al desconocido, mientras que no lo es tanto con aquellos que copan las primeras posiciones en nuestras listas de contactos. También aprendemos que los retos de sus vidas, sean sus países más ricos o más pobres, y sus preocupaciones, sus aficciones y deseos no son tan diferentes de los nuestros.

En general, la vida hoy en España, por ejemplo, es mucho mejor que en la España de hace 60 años. Por entonces, la mayor preocupación de millones de españoles era la propia vida, mientras que hoy la mayoría tienen algún tipo de soporte o ayuda, mientras los demás se enfrentan a problemas como pagar la factura del nuevo smartphone. Pero nada es en vano y la sociedad ha aumentado muchísimo en complejidad; también la mejora en la esperanza de vida ha traído consigo un aumento de población brutal que hace que la distribución de recursos sea más compleja. Poco a poco la implantación de computadores es total en cualquier ámbito. La resistencia a los computadores y las redes digitales lleguen y ocupen las aulas (15 años después!!!) es un vano esfuerzo por alejar a nuestra juventud del mundo real en el que les toca vivir.

Y no solo de educación infantil, primaria y secundaria viven las personas. Es llamativo que en el siglo XXI alguien pueda completar una carrera universitaria sin tener la menor noción de informática (donde usar cierta suite ofimática no cuenta como "dominar informática"). Cómo en el mundo actual puede alguien estudiar seriamente cualquier área de conocimiento sin auxilio de la ciencia del tratamiento de la información es una pregunta casi del nivel de "por qué un asalariado puede votar al Partido Popular en España".

Y es que, al final, la computación es simplemente eso: la herramienta del ser humano para aprender, entre otras cosas, a ser realmente humano, lo que quiera que eso con el paso del tiempo signifique.

Tiempo, tiempo, tiempo!!!

Vaya, pasa el tiempo... es comenzar a trabajar (eso que en España va camino de ser algo de privilegiados, bien que sean unos privilegios un tanto discutibles) y los meses pasan y vuelan...

A mayo le siguió junio y a la que me descuido acaba julio... En fin, cosas más complicadas se han visto, aunque vista mi capacidad de auto-organización... qué demonios!! se hará lo que se pueda.

Ramén.

sábado, 21 de abril de 2012

El largo camino a un mundo mejor (I): echando la vista atrás

La culpa es de la Historia (casi siempre)

 
Ahora que en casi toda Europa reina una especie de seudodemocracia, es fácil olvidar cómo funcionaba el sistema político en la Edad Media en buena parte del continente. Por aquel entonces, el sistema gobernante funcionaba en una especie de organización de "vasallaje". Distintos nobles juraban fidelidad y apoyo a otros nobles para parapetarse tras su poder. Es menos conocida su relación con los habitantes (por entonces rara vez ciudadanos) de a pie. En realidad tal relación variaba bastante en función de la época concreta y del lugar geográfico exacto. Sin embargo, podemos establecer varios puntos de partida:

  1. Los campesinos constituían la parte más baja de la pirámide social, debiendo de pagar diezmos e impuestos (en ocasiones a varios nobles). El noble o la iglesia de turno se comprometían a alimentarlo en caso de hambruna, lo cual dejaba bastante margen en caso de simple escasez.
  2. Los artesanos y comerciantes formaban su propia casta, con sus propios niveles. Podemos hacernos una idea de las implicaciones echando un ojo a esas entidades religiosas tan particulares que aun tenemos en España: las Cofradías. Algunos sectores productivos eran capaces de imponer bastantes condiciones particulares. También los Colegios Profesionales son vestigio de esto.
  3. La clase financiera (casi exclusivamente, judíos, ya que era la única religión que podía prestar con intereses a quienes no fueran judíos). Tras el odio a los judíos subyace principalmente las enormes deudas con ellos contraídas, un tanto de disonancia cognitiva al pedir prestado dinero a sabiendas de que ese trato era pecaminoso.
En España debemos considerar el sistema de extensión geográfica propio de la Reconquista: la justificación para reclamar un territorio debía de incluir el tener habitantes en tal territorio, así que después de liberarlo del dominio musulmán lo inmediato era poblarlo, para lo que no se dudaba en conceder distintos beneficios a tales nuevos moradores.

Siempre me llamó la atención la relativamente poca capacidad militar de cada noble en tal época. Su sistema de vasallaje permitía organizar entidades pequeñas en torno a entidades pequeñas, en lugar de por ejemplo el sistema romano, que creaba una entidad muy grande que abarcaba todo. ¿Cómo podía funcionar eso? ¿Cómo podían obligar a sus vasallos a darles casi todo lo que tenían?

Es común suponer que ahora somos muy listos y antes debían de ser tontos de alguna forma. Y es cierto que las enfermedades que los azotaban constantemente, la poca o nula educación y las supersticiones que entonces eran moneda corriente, parecen ayudar en esa dirección; mas sólo cuando aprendes lo lejos que estamos de ser listos y entiendes que somos el resultado de millones de años de evolución, tal idea se vuelve estúpida. Así que ¿por qué lo harían?

En general, campesinos y artesanos aceptaban su situación a cambio de seguridad: yo trabajo, y no paso hambre; tú me proporcionas caminos por los que transitar y en los que comerciar; tú te encargas de que no me asalten en tales caminos o en mi casa. Un campesino aceptaba ser campesino para otro porque era lo que había hecho toda su vida.

¿Era fácil cambiar? Aun hoy, la verdadera flexibilidad laboral, es decir, la capacidad de cambiar de profesión si la que uno tiene no es la más adecuada a sus circunstancias, es muy baja. ¿Hay algún motivo para suponer que entonces no era igual, o peor? Al fin y al cabo, el campesinado es una profesión a tiempo completo. Hay meses en los que no tienes nada que hacer (invierno), pero el resto del año trabajas de sol a sol. Y, si esto es así, ¿qué podrían haber hecho para mejorar? muy poco.

Echemos más la vista atrás y tomemos perspectiva: la (breve) Historia de la Humanidad se compone de periodos muy largos que a su vez contienen otros periodos muy largos. De todas formas, podemos ver como el tiempo se va comprimiendo a medida que nos acercamos a nuestra época (aunque eso también es porque nos conocemos más). Aun así, cuando hablamos del Antiguo Egipto estamos considerando un sistema geopolítico que duró 5000 años; Roma duró más de 1000, y la actual nobleza ha ido cediendo el poder durante otros 1000 años, hasta que el comercio y la ciencia trajeron la globalización, que es el sistema que pretende sustituir al viejo orden (y no sólo en Europa).

Inciso: una cosa que me resultó bastante sorprendente y que nunca había tenido en cuenta es que la actual monarquía española está supuestamente emparentada (la garantía de paternidad 100% no existe) con un tronco familiar que lleva ¡10 siglos! gobernando buena parte de Europa. Parece que fue capaz de adaptarse a sistemas tan dispares como el viejo feudalismo, la monarquía absolutista y los sistemas parlamentarios que predominan ahora.

Cuestión de tiempo libre

Una característica importante para que los miembros de una sociedad puedan efectuar cambios de calado es la oportunidad para hacerlo. Y uno de los requisitos de dicha capacidad, es el tener tiempo...

  • Tiempo para aprender. Los miembros de una sociedad tienen que conocer su situación y poder fijarse unos límites. Como es difícil inventar algo que no existe, es importante el tener algún referente, algo que envidiar en otros lugares, para pretender imitarlos en la medida de lo posible. En otras palabras, tener una meta.
  • Tiempo para crear. Una vez que una sociedad sabe a dónde quiere ir, tiene que tener ocasión de ponerse en marcha. Esto habitualmente pasa por la participación política, pero también por el trabajo comunitario, que permite influir y ser influidos por la gente del entorno.
Uno de los logros de la política moderna se resume en la cita política "los ciudadanos quieren [aquí el asunto de turno]". Así transmiten la idea de que la sociedad delega en ellos las dos tareas antes enunciadas (aprender y crear), ya que bastante tienen con ocuparse de sus vidas. El paralelismo con el sistema feudal es, en mi opinión, inevitable.

Otro de los elementos políticos utilizados para someter a la sociedad es, de nuevo de forma paralela al feudalismo, la seguridad, en todas sus vertientes.

Comencemos por la ahora llamada seguridad ciudadana. Uno podría pensar que en un estado donde los ciudadanos eligen las cámarasa que votan las leyes, que pueden ser juristas, abogados, jueces o fiscales estudiando una carrera que se imparte en universidades públicas, la necesidad de "participar activamente" en la "impartición de justicia" es un poco absurda. Es decir, después de que cualquier ciudadano pueda prepararse para una tarea en sí misma compleja dedicándole varios años, pretenden convencernos de que es inteligente que las sanciones finales las decida gente que no ha querido prepararse. Además, con esto lo que hacen es reservarse más aun el papel de redactores de leyes: las leyes que nos gobiernan, al parecer, sí que no son asunto nuestro.

Por otra parte, y como es lógico, la sociedad estará dispuesta a intercambiar más a cambio de seguridad, a medida que perciba que esta es menor. Un beneficio adicional para la clase dirigente es que entre la sociedad se extiende un sentido de culpa: ¡qué sería de nosotros sin ellos para que nos protegiésemos y defendiésemos de nosotros mismos!

Y para esto, se aprovechan de que la sociedad apenas tiene tiempo para conocerse a sí misma. Inmersos en aprender a competir con nosotros mismos por las migajas que a veces caen de Su mesa, no es posible dedicar tiempo a aprender todo lo que necesitamos saber para conocernos y cambiarnos. Basta seguir unos cuantos programas de Redes (de Punset) para observar lo disparatadamente lejos que está el conocimiento humano sobre sí mismo del que tiene la propia sociedad de tal conocimiento.

En mi opinión, los mayores cambios de los últimos milenios han venido de la mano de la ciencia, del conocimiento. Vivimos mejor porque sabemos más medicinas, porque producimos más y mejores alimentos, y somos más humanos porque nos comunicamos cada vez más unos con otros: como si así nos contagiásemos nuestra humanidad. Sin embargo, apenas hemos podido cambiar nuestro sistema socioeconómico, y las discusiones intelectuales al respecto se reducen a las creencias de unos señores muertos hace más de un siglo que intercambiaban pareceres respecto a las fábricas que conocían, aislados del mundo exterior.

'Taggin' político

Dramatis Personae

(en orden alfabético)

Francisco Franco
Célebre ferrolán por haber sido el Caudillo de la España Grande, Una y Libre de no se supo nunca qué, y que según la Academia de la Historia española no fue un Dictador sino simplemente Autoritario, padre del movimiento denominado Franquismo y famoso por haber sumido un país completo en una hibernación de 40 años.
George Orwell
Periodista y escritor conocido fundamentalmente por sus obras Rebelión en la Granja (1945) y 1984 (1949).
James Watt
Matemático e inventor, conocido por haber desarrollado la Máquina de vapor, que sería el motor de la Revolución Industrial.
Karl Marx
Filósofo socialista considerado el padre del Socialismo Científico y del Marxismo. Sus obras más famosas son Manifiesto Comunista y El Capital.
Mijaíl Bakunin
Filósofo anarquista considerado uno de los padres de dicho movimiento. Su obra es panfletaria y fue compilada posteriormente. Destacar Escritos de Filosofía Política, en la recopilación de G.P. Maximoff.

Etiqueta que algo queda


En el principio fue el Nombre, que es lo que da existencia a la Realidad. Luego fue el Seudónimo, cuando las cosas querían ocultar su verdadera identidad: conoce el nombre y dominarás la realidad que nombra. El seudónimo se convirtió en Eufemismo, cuando escuchar fue tan importante como nombrar; el eufemismo esconde la verdadera naturaleza de lo nombrado en el interior de quien escucha. Ya al final, justo antes de que el Universo se volviese números, y que los nombres deviniesen fórmulas, fue la Etiqueta.

La etiqueta, a diferencia de los nombres, no trata de describir realidad alguna: son sustantivos que sirven para referenciar a otra cosa. Modernamente, se emplean para describir los atributos de canciones, para indicar los participantes en una fotografía, para poder clasificar archivos por temática, etc.

En nuestra vida diaria, es usual referirse a través de etiquetas a múltiples cosas. Un ejemplo curioso en castellano (en España) es el uso de la palabra inglesa performance para referirse a alguna extraña colección de obras de arte alternativo, excluyendo de forma arbitraria a las representaciones tradicionales.

Las etiquetas aplicadas a la política son bastante conocidas y utilizadas; sin embargo, no es tan usual conocer lo que hay debajo de ese etiquetado. Si bien para las conversaciones más superficiales son suficientes ("yo no voto al PP, sólo voto a partidos de Izquierda"), basta comenzar a profundizar en cualquier aspecto para encontrar errores e incongruencias ("¿Puede un sindicato de trabajadores ser de Derechas?").

Y de esa forma se convierte para mí en un tema más o menos recurrente. Así que después de explayarme en una charla a través de Facebook, he decidido compilar aquí lo que expuse en dicha charla, limpiándolo si cabe un poco y dándole en lo posible algo de esplendor.

Contextualizando históricamente


Cuando se reflexiona sobre la mayor parte de los temas, es preciso dedicar un cierto esfuerzo a contextualizar el tema tratado. Entre las diferentes circunstancias a considerar, figura sin duda el Contexto Histórico.

Érase una vez la (entonces) incipiente clase burguesa. En aquel tiempo, existía un parlamento, una cámara baja, o cámara de los comunes, donde esa gente común discutía sus cosas. Por supuesto, los altos tenían su propia cámara por las dudas, no fuese a ser que algo que quisiesen hacer los comunes les afectase a ellos. Curioso, no han cambiado nada en siglos!!

Los diputados se distinguían entre liberales y conservadores, si bien un liberal de entonces consideraría un insulto que lo relacionase con nuestros modernos (neo)liberales.

En otra cámara más moderna, hija de la Revolución Francesa, los representantes de la clase burguesa antedichos se sentaban en la parte izquierda, aunque siempre me he preguntado si era según se veía desde el estrado (me imagino que sí, ¿no?).Y es que en la derecha se colocaban asiduamente los partidarios de la realeza.

La clase burguesa, por definición se oponía a la clase dirigente, que es otro nombre para la clase nobiliaria. Bueno, los nobles de nobles no solían tener gran cosa, pero es lo que tiene pensar que se heredan las cosas por la sangre. Hoy sabemos que se hereda al 50% de genes de padre y madre, que unos se manifiestan si los otros son recesivos, y en todo caso el medioambiente afecta al individuo tanto o más que los propios genes. Aun hay mucha gente que no entiende esto, así que ¿por qué reprochárselo a tales nobles de entonces?

De ahí, si en una cámara de los comunes, los burgueses estaban en la izquierda, los demás estarían... ¿en la derecha?

Con el devenir de la historia, tenemos la burguesía ya asentada en el poder, e incluso buena parte de la nobleza se integra en la clase burguesa, formando una amalgama extraña pero en la que se distingue aun el empresario emprendedor, de origen liberal y el empresario de origen nobiliario.

Sigue pasanto el tiempo, hasta que alguien inventa la máquina de vapor. Nótese la contradicción de que la tecnología haya sido impulsada por la Ilustración, que nació en la nobleza cristiana... ¡Cosas veredes...!, se había dicho hacía poco... Vale, como el Ser Humano es así, de la máquina de vapor se pasó a los transportes a vapor, a las fábricas con maquinaria de vapor, etc.

Es preciso aquí hacer un inciso y retroceder 2000 años o cualquier cantidad de tiempo arbitraria. Fijémonos en que el Campesinado nunca ha sido considerado del todo como seres humanos. Nunca han tenido apenas derechos, y eso en los casos en que al menos las tierras fuesen suyas. Los gobernantes de turno los cuidaban y protegían a cambio de su comida y de sus hijos para sus peleas habituales, pero en general no los consideraban mucho mejor que ahora la mayoría consideramos a los perros.

Téngase en cuenta, por ejemplo, que los "derechos de los ciudadanos" en principio excluían a los campesinos, ya que, por definición, no eran ciudadanos. Una de las mayores burlas de la Historia es que la Revolución Francesa hubiese necesitado a los campesinos, en lo que fue sin duda el mayor fracaso de la burguesía desde que existe.

Volvamos a la Revolución Industrial. Empezaron los campesinos (recordemos que no eran considerados del todo humanos), que se cansan de perder sus cosechas con el granizo o cualquier imprevisto climatológico, de que sus hijos en lugar de ayudar vayan a guerrear en el conflicto del noble de turno, etc. y se va a la ciudad porque "corre el rumor de que allí se puede trabajar". Como es de esperar, los burgueses exprimen a los obreros como si fuesen ... ejem... ¡campesinos!

Los campesinos, o a estas alturas ya los obreros, se organizan en sindicatos -ojo, la lucha (en gallego es grebe)- no tiene mucho que ver con lo de hoy: claro que se trataba de impedir a los demás "ejercitar su supuesto derecho" a trabajar, porque se consideraba que sólo así se podría imponer algo a los burgueses.

Surgió entonces la idea de que la Sociedad -incluyendo a todos (aunque por algún misterio, olvidando -de nuevo ¡ay!- a los campesinos-) debería primar sobre el individuo. A eso se le llamó Socialismo.

Podemos resumir entonces en que tenemos a los que estaban a la izquierda en su Parlamento diciendo que cualquiera debería poder ejercer cualquier actividad de las que por entonces eran exclusivas de los nobles. Teniendo en cuenta los sistemas monárquicos considerados, con más tendencia al Absolutismo que los sistemas políticos actuales de Europa, era lo mismo que establecer que el sistema de gobierno no debería poner trabas a la actividad económica de los individuos del país. Cuando los trabajadores acceden al parlamento, se aglutinan en la oposición a la burguesía. Por supuesto, los obreros son partidarios de que el Estado debería intervenir para regular los desmanes de los burgueses y defender a los derechos de los obreros. Pero nótese que aquí hay dos formas en las que puede primar la Sociedad sobre el Individuo: el liberalismo extremo (Anarquismo) y el Comunismo.

El Anarkismo es un movimiento de extrema derecha por definición. Aunque todo es posible, os reto a encontrar un sistema (aun teórico) más liberal. Algunos se confunden e interpretan el Anarquismo según aceptes la teoría Capitalista o no; sin embargo, el Anarkismo (de derechas, por supuesto) no considera fundamental la prioridad de los recursos de producción. Puedes pensar en un anarkismo productivo o un anarkismo capitalista, pero son variaciones sobre la misma idea. ¡Salud, Bakunin!!

El Comunismo establece que la Sociedad, a través del Estado, debería ser la propietaria de los medios de producción, estableciendo su justo (e igual, no necesariamente equitativo) reparto.

Dicho esto, matizar que por supuesto, el anarkismo es un movimiento socialista; pero no puede ser de izquierdas. De hecho, el anarkismo de Bakunin formaba parte de la Internacional Socialista y habría sido curioso a dónde podrían haber llegado él y Marx si no se odiasen.

Separar el mundo en derechas e izquierdas es muy conveniente cuando quieres simplificar y ocultar los conceptos. Por ejemplo, en España hay un partido Obrero que siempre habla de socialismo pero nunca de trabajadores. O una Derecha liberal que está plagada de nobles.

Es posible aplicar la idea de Marx de la Lucha de Clases como motor del cambio histórico país a país y ver que no solo encaja sino que proporciona causas convincentes a las particularidades de dicho país. Sin embargo, como toda la teoría socioeconómica, debemos ajustarlo en función de la existencia de campesinos con o sin tierras.

Cosas de casa



Es tentador hacer algunos comentarios sobre el caso de Franco. Es un caso curioso y podría extenderse mucho su análisis. No obstante, voy a tratar de describir algunos principios.

En primer lugar, debemos tener en cuenta que Franco no era ni siquiera relevante en lo que algunos llaman revuelta para no decir Golpe de Estado, y mucho menos su cabecilla. Alcanzó el poder tras algunos avatares, pero no había mucha más ideología tras él que el patriotismo (eso que algunos llamamos "patrioterismo") estándar habitual en los mandos militares.

Los sublevados no tenían capacidad militar para ganar la Guerra, ni organización para establecer un sistema de gobierno en caso de triunfar. Su intento tenía ciertas connotaciones desesperadas. Es sabido que la ayuda militar se la dio Hitler... más no sólo eso; el apoyo alemán bastaría para ganar la guerra, pero ¿y después?

La brevedad de la propia II República era una lección que no podía obviarse de manera alguna: había que dar sustancia a un proyecto de estado. Claro que al no tener un proyecto de Estado, esto era muy difícil.

Entonces Paquito vio la luz. En algún momento de la revuelta, se aliaron aquellos que eran enemigos de la República, casi sin quererlo. La revuelta se apoyó en dos organizaciones con terrible poder: el sindicato falangista y la Iglesia Católica. Y es que hasta donde yo sé, Franco no tenía a la Santa Madre Iglesia en allá mucha estima.

Eso forjó los dos primeros pilares sobre el que apoyar el Nuevo Imperio: Falange e Iglesia. Por supuesto, para evitar los problemas de reclamaciones de poderes periféricas, se limitó a desarrollar una teoría centralista y un nacionalismo que nunca ha existido. Construyó un folclore extraño para darle sustancia... ¡y a españolizar! Así construyó su sistema de tres patas: sindicalismo, clericalismo y españolismo.

Hay que reconocer su mérito. El concepto de nación española no es original del franquismo, pero la implementación concreta de dicho nacionalismo aun perdura en nuestros días. La Cultura aun hoy apadrinada por el Estado y no pocos de los medios de comunicación se basa en una nación que empezó a existir en los años cincuenta.

También hay que decir que, como no hay nada perfecto, exterminar opositores que no habían tenido la buena idea de huir a algún otro país fue el elemento final de cohexión para su sistema político. Franco era consciente de que su sistema de pensamiento mantenía un equilibrio muy débil y ante la propia debilidad, no hay enemigo pequeño.

Cosas del mundo



El sistema de Hitler, por ejemplo, es mucho más sencillo: de fundamento económico socialista de izquierdas (sus programas de inversiones públicas, por ejemplo), combinado con mucho fascismo. Eso sí, era de naturaleza conservadora y terriblemente patriótica (más bien fuertemente racista y xenófoba).También puedes considerarlo un buen ejemplo del neoliberalismo moderno, resumido en la máxima "todo sin el estado, pero con el dinero del estado".

Por supuesto, hace 200 años ser liberal era sinónimo de ser progresista; cuando ya la burguesía y la banca tienen el poder, ser rentista es ser conservador, no hay nada de extraño en esto. Las etiquetas rara vez sirven para describir realidades si no comprendes lo que significan. Lenin estableció una dictadura de izquierdas, mientras que Pinochet estableció una dictadura de derechas. Franco, por su parte, hizo tal amalgama que su sistema de gobierno debe denominarse "franquismo" para poder entender de qué estamos hablando.

Incluso etiquetas más concretas (como socialista o liberal) pueden ser muy poco descriptivas, y pueden variar en función del país o de la época histórica.

Personalmente me considero próximo a la Anarkía... quizá por ser de clase baja, me cuesta mucho entender cómo se puede ser liberal y a la vez negar la igualdad de oportunidades. El liberalismo que no es socialista lo encuentro conceptual e intelectualmente extraño.

El liberalismo moderno, que algunos aun llamamos neoliberalismo, se fundamenta en un concepto del derecho personal interesante, pero, como digo, sin igualitarismo resulta extraño. Por qué la vida de una persona deba variar fundamentalmente en función de los logros de los padres de una persona me recuerda demasiado al sistema nobiliario, que supuestamente debería ser opuesto al liberalismo. Así, cuando he debatido con personas liberales, me he referido a ellas como "las que se llaman a sí misma 'liberales'...". Generalmente, creo que eso no hace mucho para que tenga muchos amigos.

En mi modesta opinión, Orwell, sin pretenderlo (el más bien al principio sólo quería quejarse de las dictaduras) construyó el fundamento de pensamiento más importante de este siglo: la manipulación del lenguaje. Esta idea la he tratado en el anterior artículo que publiqué en este blog: El Poder-de-las-Palabras

Ah!! naturalmente, la socialdemocracia está más asentada en los países industrializados, que eran los que tenían una clase obrera más o menos asentada; es notable la excepción de UK tras el imperio Tatcher, y Alemania se merece su propio capítulo. Quizá otro día.

Cosas de las palabras



En el sentido moderno, la derecha representa la no intervención de los gobiernos y el conservadurismo en la política social; la izquierda represente el progresismo en la política social y la intervención de los gobiernos en los asuntos empresariales.

En ocasiones, la etiqueta Demócrata suele sustituir a Liberal. Por supuesto, la causa es muy sencilla. Si alguien postula que es demócrata, es porque se puede pensar que su ideología no lo es. En Europa eso significa que la etiqueta Demócrata suele ir unida o bien a la referencia religiosa (Cristiano), con su propio constructo: Democristiano; o bien otro constructo: Socialdemócrata, correspondiente al Socialismo que acepta el juego democrático. En este movimiento hay una amplia gama de ideologías, desde las más habituales en el Norte de Europa, que consideran que hay ciertos elementos irrenuciables para el Estado, hasta la socialdemocracia alemana o francesa. Dichos sistemas proponen una amplia clase media (que la mayor parte de los habitantes del país formen parte de ella), y es dicha clase el principal sostén del Estado, proporcionando la mayor parte de los impuestos. De alguna forma, la socialdemocracia del Norte es más bien liberal y la del Centro y Sur es más bien obrera. Un partido como el PSOE estaría en las corrientes del Norte, aunque para ello le sobrase una 'O'. Sin embargo, a diferencia de estos no pretende tener una clase media muy amplia que sostenga al país con impuestos elevados, sino que trata de competir con el PP español en tener los impuestos más bajos posibles, aceptando necesariamente una mayor limitación en el papel del Estado en la vida de los españoles.

En UK el movimiento Laborista trataba de mantener la idea de una clase obrera en torno a la que se organizase el país hasta que Tony Blair impuso su famosa y malhadada Tercera Vía (que resultó, como es sabido, una vía hacia ningún lugar).

Para finalizar, en USA hay dos corrientes políticas predominantes: los Republicanos (que se identifica con una ideología democristiana un poco extrema) y los Demócratas, que tendrían posiciones próximas a los socialdemócratas del norte.

miércoles, 18 de abril de 2012

El poder de las palabras

Todo comenzó con Bosque. No el Marqués investido tras el triunfo de su equipo en el llamado en España "Deporte Rey" (no confundir con "Cristo Rey", que es otra cosa). Tampoco fue el clamor de la caída de un árbol el que desencadenó la serie de pensamientos que siguen. Fue un tal Ignacio Bosque, y hablaba del moderno feminismo en el lenguaje.

Vaya por delante que lo primero que pensé al leer su artículo en El País (04/03/2012) fue que si el firmante era Catedrático de Filología Española, podía asistir mucha razón a quienes dudaban de la calidad del sistema educativo español. Después, afortunadamente, recordé que aun en ciertas áreas de las llamadas Humanidades era frecuente que intentasen actuar como si la Ilustración nunca hubiese sucedido.

En otro artículo de El País (19/03), Pedro Reyes añade "la polvoreda levantada por las distintas Academias", en alusión explícita a otra joya española: el Diccionario Enciclopédico de la Academia de Historia y sus curiosos conceptos de "dictadura" y "autoritarismo".

Los demás son hipócritas

Mientras pasaban los días y se escuchaban todo tipo de críticas hacia Ignacio Bosque y muchísimas sandeces tratando de defender postulados muy próximos a los suyos, han pasado, como era de esperar, muchas otras cosas. Entre ellas en su programa semanal Redes emitió el capítulo "El lenguaje está diseñado para confundirnos". En él Punset entrevista al sicólogo evolucionista Robert Kurzban, autor de un libro de título tan irreverente como descriptivo: Why everyone (else) is a hypocrite ("Por qué (los demás) somos(son) hipócritas".)
En la entrevista, Kurzban afirma que el lenguaje evolucionó para manipular el entorno, incluyendo a las personas que nos rodeasen. Incluso, que es la idea central del libro, que nuestro cerebro llega a engañarnos sobre nosotros mismos, por ejemplo dándonos una imagen mucho más positiva que la real.

La primera vez que leí afirmaciones similares fue en la obra "El Gen Egoísta" de Richard Dawkins, en su 2ª edición. La idea general es que el lenguaje tiene sentido cuando un animal de un grupo trata de influir en los demás. Y, por supuesto, la mayor parte de las veces será fruto de un comportamiento egoísta.

Kurzban va un poco más allá y generaliza mucho más el egoísmo como objetivo del lenguaje, fruto según su teoría de que es nuestro cerebro el que evoluciona en un mundo muy egoísta. Por supuesto, el cerebro establece una serie de mecanismos para que el individuo no tenga una concepción egoísta de sí mismo: engáñate a ti mismo para engatusar al mundo.

Dawkins no era tan extremo. Afirma que si bien en general habría recompensas para los individuos que aprovechasen su egoísmo, también sugiere que podrían haberse introducido en la Evolución mecanismos que detectasen a los individuos más embusteros. Por ejemplo, la propaganda emitida por los machos debe ser verídica, ya que hembras que no se dejasen engañar tenderían a ser favorecidas, ya que mentir sobre ciertos atributos no pasaría la prueba de la realidad: ¿de qué vale decir que se es fuerte si ante el primer rival perdemos sin remisión? Y una vez dicho que somos fuertes, no vale con echarse atrás y disimular.

Animales de costumbres

Uno de los efectos más significativos de la irracionalidad del comportamiento humano es su adaptación a los hábitos. Así, el ser humano es capaz de adaptarse a cualquier circunstancia que sea rutinaria. Es como si el cerebro descartase todo lo que es repetido día a día y se centrase sólo en las diferencias. Nos es tan sencillo acomodarnos al lujo más vanal como a las condiciones más extremas.

Bueno, puede ser cierto que para adaptarse a las condiciones más extremas sea importante el condicionante físico: personas con peor salud o peor constitución física tendrán los problemas inherentes a tales limitaciones. Sin embargo, la mente, que es lo importante, resiste.

Cuando era niño y veía películas (hoy es cine clásico) o leía libros, siempre me pregunté por qué un esclavo no huiría o al menos no estaría dispuesto a enfrentar el mundo cual Espartaco. Obviamente, había muchos relatos heroicos sobre esclavos enfrentando al Imperio de turno, pero si eso hubiese sido general, era poco probable que hubiese existido la esclavitud por sí misma.

Como todo, las respuestas comienzan a llegar con la edad. El Ser Humano se acostumbra a lo que sea preciso mientras se le permita sobrevivir. Al mismo tiempo, es previsible que se ejerciese sobre ellos un periodo de "acomodamiento", en el que instintos como sobrevivir o el miedo a sufrir estuviesen más presentes que la necesidad de ser libre. Es muy probable también que se les robase su identidad individual. Y, lo que fue más trascendente, es probable que, pese a todo, no viviesen tan mal.

Generalmente, al pensar en la esclavitud pensamos en las Minas de los viejos grandes imperios. Pero basta considerar la vida normal en la Edad Media para tomar un nuevo punto de vista.

¿Qué tiene que ver esto con mentir? lo cierto es que en tales circunstancias es fácil que el cerebro haya evolucionado para tener un concepto del propio individuo distinto a la realidad: no es probable que si nuestro cerebro fuese honesto la esclavitud o el vasallaje debieran haber prosperado.

También es sencillo entender que nuestro cerebro tiende a desechar cualquier cosa que no coincida con lo que nos hace creer. Cambiar una idea supone afectar también a todo aquello que nos había llevado a tener la idea previa en primer lugar. Ese es el motivo por el que muchos pretendemos entender qué es lo que nos hizo creer en una cosa, por qué pensamos de una forma determinada.

Todo vuelve


Las modas se repiten cada pocos años. En este principio del siglo XXI, el único motivo por el que no suele verse una moda determinada es precisamente por la globalización y el mayor conocimiento intercultural. No se trata de que la sociedad no copie lo anterior, sino que buena parte de esa sociedad puede estar copiando las modas y hábitos de otros lugares. Así, lo que se suele dar con mayor frecuencia es una cierta mezcla donde los elementos culturales de una época o lugar son quizá predominantes, pero no tan absolutos como en décadas anteriores cuando las únicas influencias eran las impuestas por el mundo anglosajón a través de la música Pop y el cine.

Sin embargo, las modas no son más que otra de las manifestaciones de que nuestros cerebros se limitan a copiar patrones y realidades conocidas, antes que inventar cosas nuevas. Lo dicho para una moda en el vestir puede aplicarse a la música y a cualquier manifestación cultural... y no hay razón para extender esto a las ideas.

La Revolución Industrial pilló al mundo a pie cambiado. Mientras comenzábamos a enterarnos de que el Ser Humano podía pensar y encontrar su lugar en el mundo, el modelo productivo de parte del mundo (las entonces potencias colonizadoras: Reino Unido -y después USA-, Francia, Alemania, etc.) cambió súbitamente. Los campesinos se hartaron de vivir a expensas de que un temporal los dejase sin cosecha, y previsiblemente lejos del alcance de la caridad del Rey de turno, y comenzó una imparable mudanza hacia las ciudades para ser explotados en las incipientes fábricas. Eso nos enfrentó a problemas propios derivados de la nueva organización de nuestras vidas (véase Tiempos Modernos de Chaplin, 1936) y cambió para simpre el modelo de clases: la burguesía reemplazó casi por entero a la nobleza, o la absorbió; las luchas de clases fueron el motor de la historia interna de los países, como expuso Marx; la densidad de las ciudades aumentó brutalmente, y el número de estas respecto al total. Donde sólo una porción insignificante de los habitantes de un país vivían en las ciudades, con la Revolución Industrial la tendencia se invierte.

Y por supuesto, el ser humano no estaba muy acostumbrado a vivir tan apretujado.

Una de las manifestaciones más curiosas del rechazo a la industrialización es el movimiento denominado Romanticismo. Dicho movimiento desafía al nuevo mundo con cada vez menos secretos (y misterios) y a una nueva sociedad que sigue otras reglas. Nuestro aprecio del romanticismo no sólo se debe a su belleza intrínseca, sino también nuestro apego a un sistema de vida que se va volviendo obsoleto a medida que el ser humano avanza.

Por supuesto, la industrialización es un problema también para las clases dirigentes. La creciente tecnificación de la producción hace que los obreros lentamente se salgan con la suya. En primer lugar, le da cierto tiempo libre, en comparación con la vida campesina (si bien, el cómputo del trabajo anual favorece a éste, al no depender de las inclemencias del tiempo en el cómputo general el obrero puede aprovechar maś el tiempo libre); en segundo lugar, favorece la creciente alfabetización, ya que la necesaria cualificación de los obreros implica que estos tengan cada vez más formación.

Por otro lado, la ciencia progresa en un círculo que realimenta el proceso de tecnificación de la producción. El ser humano se ve cada vez más cerca de liberarse del yugo de la enfermedad o la vejez gracias al consecuente progreso de la sanidad (que los obreros consiguen extender a la sociedad ya que obreros sanos producen más que los enfermos).

Naturalmente, como casi todo en la historia humana, esta evolución está plagada de violencia. Las luchas sindicales rara vez fueron tímidas y pacíficas; dos Guerras Mundiales; alguna que otra Guerra Civil. No, la evolución de estos últimos 200 años está muy lejos de haber sido idílica.

No obstante, la resistencia de unos y otros no ha servido más que para ralentizar la evolución de la sociedad, mas no para detenerla. De hecho, en los últimos 50 años el nivel de violencia mundial ha disminuido, a la par que ha aumentado bruscamente la esperanza de vida (salvo en África sub-sahariana, donde el cambio es más tenue).

El Hombre y la Industria


Si la relación del ser humano con el proceso de industrialización fue muy conflictiva, la relación de la industrialización y la alfabetización con los supervivientes de los antiguos esquemas dirigentes no ha sido mejor. ¿Por qué iba por ejemplo la Iglesia Católica apoyar a una sociedad que cada vez la necesita menos? y es que pese a toda esa conflictividad aun latente, lo cierto es que tanto la nueva clase burguesa como la cada vez más extendida clase trabajadora han sido capaces de acercar posiciones. Y la ciencia ha proporcionado al ser humano, por primera vez, una parte de las promesas de la Iglesia (y la cultura ha permitido soñar con que la ciencia proporcionaba al ser humano todos los dones prometidos por los dioses anteriores). ¿No habría de haber reacciones?

Pero si bien son los más afectados, los dirigentes de las distintas iglesias no son los únicos afectados por la construcción de la nueva sociedad. La evidente conflictividad entre la nueva clase dirigente y la clase trabajadora, los problemas derivados de una sociedad más urbana (más interrelaciones personales, más conflictos) e ingenua (descartar el efecto de la contaminación de los procesos industriales, que aun no son tan familiares como nos gusta creer) a la vez que orgullosa (descubrimos que somos animales con capacidad para ser racionales como nos prometieron los filósofos griegos, pero no queremos entender que eso no significa que hayamos dejado de ser los animales irracionales resultado de la Evolución Natural), se suman y provocan que los que antes serían los más partidarios de quitar el poder a nobles y sacerdotes acepten buena parte de sus postulados.

Así, naturalmente, la industrialización se vuelve mala per se. No importa que las clases bajas de los países más industrializados sean las que disfrutan de mayor y mejor vida: eso no es relevante.

Otros olvidan también que los países industrializados eran precisamente los que tenían colonizado al resto del mundo. Su insdustrialización se realizó con las materias primas de otros países. Se asume que todos los países del mundo podrían tener los mismos recursos que todos los demás, que simplemente hay un problema de reparto, y no de cantidad.

Por supuesto, a nuestros cerebros les gustan más las ideas simples que las complicadas; éstas pueden afectar a más cosas de las que ya tenemos en nuestro cerebro y por tanto más difíciles de implantar. Hay una postura "idealista", que supone que todo debería ser bonito y "natural" (como decían los románticos, respecto a su mundo de nobles y vasallos campesinos) aunque no suelen detallar cómo podría hacerse esto; y, evidentemente, está la postura contraria, que dice que todo lo nuevo es "guay" y será más "guay" si se industrializa todo (naturalmente, para las nuevas clases burguesas). Defender posturas intermedias es siempre interpretado como estar en uno u otro extremo.

Todo por un limón


Hace tiempo resultaba popular un documento supuestamente filtrado por un hospital. Recuerdo ver un ejemplar en una copistería, y me sorprendí cuando mi hermana me contó que habían estudiado su contenido -aunque no directamente de ese documento, sino como "lección del profesor"- en su clase de bachillerato.

En el documento se detallaban los aditivos alimentarios habituales que supuestamente eran peligrosos. Por supuesto, era un gran secreto a voces que la industria alimentaria usaba aditivos peligrosos para la salud. Se daba el código del aditivoy el efecto que supuestamente tenía.

Recuerdo que lo primero que le dije a mi hermana cuando me había comentado esa lección: "me preocuparía más lo que no dicen que le echan". Por supuesto, Internet no estaba tan extendido como ahora y no era tan sencillo comprobar cualquier afirmación de este tipo.

Sin embargo, la coincidencia quiso que yo conociese el aditivo "estrella" de la lista: el E:330, que merecía tener su propio cuadro y una mayor advertencia: "El más peligroso!!! Muy cancerígeno".

Ni siquera cuestiono si puede ser o no muy cancerígeno. Simplemente sabía que el Ácido Cítrico es lo que da nombre a los cítricos (limones y naranjas, por ejemplo) y cualquier cosa que puedas decir de su ácido debería poder ser aplicado a los productos que lo traen naturalmente.

Por supuesto, nuestro cerebro sería muy pobre si un hecho sencillo pudiese desbaratar una teoría conspirativa estándar. La respuesta a que en realidad los aditivos listados eran en realidad nombres en código para productos naturales, fue sugerir que era el uso lo que hacía que tuviese un efecto positivo o negativo. Así, había u uso natural del Ácido Cítrico (y bueno) en contraposición al uso artificial (y malo). Siempre me llamó la atención la especial diferenciación entre lo natural (producto de la naturaleza) y lo artificial (producto de la creación humana): es como si el Ser Humano fuese una excepción en el orden natural y pudiese realizar cosas que no forman parte de la naturaleza, de forma curiosamente similar a lo que establecen las religiones (que distingue el mundo natural del humano, para pedirle cuentas a los seres humanos de sus actos).

No cuestiono que algunas industrias alimentarias no puedan usar aditivos peligrosos; simplemente el hecho es que es poco probable que en tal caso sean aprobados. En todos los estados suele haber una reglamentación precisa y suele también ser "causa de interés nacional" (que permite reglas excepcionales que no podrían aplicarse en otros comercios). Hay muchos investigadores de muchas universidades vigilando estas cosas y no es sencillo que se pase por alto. Al contrario, a veces hacemos oídos sordos a sus consejos, cuando desafían nuestro naturalismo: así sucede cuando cuestionan los asados o las patatas fritas.

Recientemente se retiró un aditivo utilizado creo recordar por parte de Coca-cola. Lo cierto es que sería peligroso bebiendo cientos de litros al día, y aun así fue retirado.

La luz


Uno de los iconos más frecuentes del mundo del cómic es la bombilla iluminada, que representaría la llegada de La Idea.

Podría ser paradójico que la idea que alimenta una nueva teoría conspirativa fuese una bombilla. Al parecer hay una en un parque de bomberos de USA que tiene más de cien años. Esa bombilla metafóricamente ilumina la idea de lo que se da en llamar "obsolescencia programada" y es base a un documental del mismo nombre que, como la lista de aditivos de antes y tantas otras teorías, resurge periódicamente siguiendo un patrón similar.

La idea es simple: las cosas que consumimos en nuestra sociedad consumista duran muy poco de forma intencionada: las industrias conspira para que duren cada vez menos y alimentar así este sistema consumista.

En primer lugar debemos aclarar algún concepto. "Consumismo" es el nuevo nombre para el hedonismo humano, en este caso asociado a la industrialización. Si la industrialización era mala, la sociedad consumista debe de resultar su producto y por lo tanto ser mala también. Buena parte de la industria produce juguetes que compramos, pues nuestra abundancia relativa de bienes hace que dispongamos de tiempo y recursos para invertir en tales juguetes.

Por supuesto, si lo cierto es que el acceso a recursos es muy desigual en el mundo e incluso dentro de la mayoría de países, el consumismo es un problema cierto. Sin embargo, en países donde hay menos asimetría en el acceso a los recursos, el consumismo se tiene como un problema menor. Así, no es el uso de los recursos, sino el acceso a los mismos, el problema. Como sabíamos antes de tanta teoría. El problema es que el "seudonaturalismo" del que hablé antes limita las condiciones en las que se pueden producir recursos a los que acceder. Y es cierto también que no todo el mundo podría tener tantos recursos. Tal postura no quiere ni oír hablar de lo que la ciencia tiene que decir al respecto: en línea con el pensamiento monacal, si hay pocos recursos, en lugar de producir más simplemente hay que consumir menos. Nótese que ésta es la idea central de los gobiernos europeos de estos últimos 10 años., Y nótese que así nos va.

Independientemente de las falacias sustentadas en el documental, la teoría de la "obsolescencia programada" se sustenta en dos elementos: la reposición y la confiabilidad.

La reposición permite que cualquier elemento de un sistema se puede reemplazar fácilmente. Así, si la bombilla de los bomberos finalmente fallece en un atentado, basta con desenroscarla y reemplazarla por otra. Esta nueva bombilla tendrá las características adecuadas para encajar en el mismo sistema y reemplazar a la anterior de forma efectiva (esto es, que funcione).

La confiabilidad permite saber que una cosa funciona como se espera. De hecho, la definición moderna de calidad no tiene en cuenta lo bien que el elemento de turno desempeña su función o su durabilidad, sino que cualquier elemento producido en un sistema de producción masivo tendrá similares características a otro elemento producido en el mismo sistema de producción. A mayor calidad, mayor parecido en las características, siendo la calidad ideal la que permite saber a ciencia cierta como será un producto a raíz del uso anterior de un producto procedente del mismo sistema.

La principal falacia del documental está en usar "calidad" en el sentido de que un producto debe de ser lo mejor posible (costar poco, consumir -en su caso- poco, reemplazarse fácilmente y durar lo más posible). De ahí se sigue que las industrias invierten recursos en disminuir la calidad de sus productos para lograr altas tasas de reemplazo, obviando de forma curiosa ideas tales como costes, precios de venta, etc.

Uno podría preguntarse por qué una industria necesitaría conspirar para aumentar la tasa de reposición de sus productos. La respuesta es, según dicha teoría, obvia: sería la forma de garantizar que ninguna otra empresa produce productos con menor tasa de reemplazo. La teoría no se molesta con detalles accesorios como por qué dicha conspiración funcionaría: siendo toda empresa una actividad fundamentalmente egoísta basada en la maximización del beneficio, cualquier industria tendría muchos motivos para incumplir el pacto, ya que se supone que los clientes comprarían bombillas mejores. A esta objeción, se responde que los clientes no tendrían necesariamente por qué comprar las bombillas mejores, pero eso nos devuelve a la pregunta de para qué conspirar en primer lugar.

Un ejemplo muy divertido de todo esto son las bombillas llamadas "de bajo consumo". Dichas bombillas son mucho más caras (4 o 5 veces), consumen 5 veces menos y duran hasta 10 veces más. Sin embargo, no parecen haber hecho mucha mella en la demanda de las bombillas convencionales, al punto de que en su momento el Ministerio de Industria español llegó a regalar bombillas de bajo consumo y restringir la producción de bombillas convencionales en medio de una crisis energética.

Lo cierto es que es una explicación más simple pensar que producir muy barato es muy barato, de forma redundante: cuanto más disminuyes costes, más barato resulta producir, y si sube la demanda a consecuencia del bajo precio más barato resulta aun aumentar la producción. Eso no quiere decir que no haya un hueco en el mercado para productos que cumplen la definición de calidad utilizada por la teoría, sino que ratifica que dicha teoría es innecesaria.

En realidad, el problema del consumismo no está en hipotéticas conspiraciones para hacernos comprar cosas que se supone que no necesitamos, sino en todo caso en la asimetria de los costes. En los países más ricos, comer es muy barato y disponer de teléfono móvil es más barato aun. En España, es relativamente asequible una conexión a Internet aunque sea de las más caras de Europa (más, en comparación de poder adquisitivo). Reducir el consumismo simplemente tendría como efecto inmediato que los recursos se distribuyesen en una porción de la población más limitada. Lo mismo con la extensión del concepto de calidad utilizado en esta teoría conspirativa.

Por supuesto, el sistema productivo moderno debe de sufrir muchos cambios y adaptaciones. Pero para entender la falacia que esconde el ataque al consumismo, basta con haber sido pobre durante un tiempo.

Palabras, palabras, palabras...


En el origen, siempre ha estado la palabra. Utilizamos distintas palabras para con frases equivalentes decir cosas distintas; utilizamos palabras que suenen de forma acorde a lo que queremos decir (lo que llamamos "eufemismos"). La mayor parte de disputas ideológicas se deben a matices de determinadas palabras. Hay que estar muy alejado del mundo real, como nuestro insigne Bosque (el de letras, no el de balones), para sostener que presionar sobre el lenguaje no realiza cambios en las sociedades.

Quizá el tratamiento más curioso del lenguaje sea la Neolengua de 1984. Orwell se inspiró en las técnicas comunicativas de las dictaduras, quizás fundamentalmente el trabajo de Goebbels. Es más, puede ser cierto eso de que "aquello de lo que no se habla, no existe", que fundamenta parte del paradigma de las redes sociales.

También es cierto es que el uso del lenguaje para influir a las sociedades fundamenta buena parte del márketing moderno. Nuestros académicos parecen ser víctima de un sistema educativo en exceso compartimentado, donde los especialistas en ciertas disciblinas se forman ignorando lo que al fin y al cabo forma parte del acerbo cultural común.

Por supuesto que se puede cambiar una sociedad con las palabras; podemos imaginarnos a Kurzban respondiendo entusiasmado: "si no, ¡para qué íbamos a querer hablar!!"

miércoles, 21 de marzo de 2012

El diablo y la manzana

Fue sólo una manzana, presumiblemente de amargo sabor. Quizá la miró mientras le asaltaban las dudas y los miedos, o quizá se acordó de todo lo hecho y el tanto por hacer. Pero sabemos que al final la mordió y se la comió.

Lo sabemos porque lo siguiente fue su muerte. Lo que no sabemos es si quienes lo atacaron sintieron remordimientos, o al menos vergüenza. Pero todo apunta a que no.

El País nos recuerda que este año se cumplen 100 del nacimiento de uno de los grandes genios de la ciencia: Alan Turing. A él debemos conceptos fundamentales de la computación, pero también su papel en el final de la Segunda Guerra Mundial.

Curiosamente, en el artículo de El País se cita esta contribución, pero acotándola a "haber adelantado el final de la guerra al menos dos años". Creo que es mucho dar por sentado: ¿tan seguros estamos de que se habría vencido de todas formas? Cierto que no fue el único en su equipo, pero en cualquier caso su trabajo (y el de su equipo) fue definitivo para vencer al ejército nazi.

Turing, como nos recuerda el artículo, nunca tuvo los honores merecidos. El odio y la hipocresía, tan a menudo  canalizadas por la religión, se cebaron con su sexualidad hasta acabar con él. Pueden sentirse satisfechos, orgullosos de haber vencido a Turing. Más les vale, porque el precio para el mundo fue muy alto.

La cultura popular no es inocente: el papel de Turing y su máquina de descifrar códigos (el primer computador digital jamás construido) no fueron menospreciados, sino directamente ignorados por la cultura occidental. En los libros y películas ambientadas en la Guerra, siempre son soldados valerosos llevando a cabo las más arriesgadas misiones los que ponen fin a la amenaza del Imperio del Mal. Nunca se dan razones para tales misiones, o por qué tan oportunamente comenzó a fracasar el ejército alemán.

¿Será este el primer gesto de un mundo global hacia sus verdaderos benefactores? ¿o seguiremos acuñando ídolos de barro?

También su ejemplo debería recordarnos el precio del odio (que parece no mucho más que un aspecto de la religión): no nos olvidemos, no nos entreguemos jamás.

martes, 13 de marzo de 2012

Tras el Guardián Ciego...

Si te gustan las aventuras de Fantasía Épica y el Heavy Metal es casi inevitable que cuentes a Blind Guardian entre tus grupos predilectos.

El grupo arranca a finales de los años 80 del siglo pasado, siguiendo la estela de grupos como Helloween. Cultivadores del Speed y del Power Metal, añaden de su cosecha una fuerte influencia de las tonadas medievales, algo que acentúa la componente épica de sus canciones.

Entre sus temas básicos, es notable la influencia de las obras de J.R.R. Tolkien y Michael Moorcock, principalmente. También son muy comunes temas relacionados con la mitología cristiana o las cruzadas.

Todo lo de arriba puede ser complementado o extendido viendo su web, su página en la Wikipedia, etc. Lo importante de esta entrada es por qué me gustan a mí.

Descubrí Blind Guardian hace 14 años. Por aquel entonces habían publicado el primero de los discos que lanzan en el año del mundial de fútbol :) con el título "Nightfall In The Middle-Earth". Una amiga me había prestado varios de sus discos, incluyendo a dicho disco, además del "Imaginations From The Other Side" (1995). Su gusto por los añadidos acústicos para dar cierto sabor medieval a algunas canciones me gustaron, como era de esperar. Aunque sin duda, la que más me impactó fue una canción que sigue figurando entre mis predilectas: Nightfall (NIME).



Nightfall es la pieza central del disco dedicado a la obra principal de "El Silmarillion" (1977), de J.R.R. Tolkien. En dicha obra, Tolkien describe la decadencia de la Tierra-Media que sirve de marco a "El Hobbit" y a "El Señor De Los Anillos". Nightfall alude a la oscuridad que reemplaza a los "Árboles de Luz" tras el ataque de Morgoth, y al juramento de venganza de Fëanor que a la postre desencadena la maldición de los Noldor.

Nightfall sigue un hermoso pase casi de baile (3x4), con una estructura muy bien acabada: tanto la melodía que se extiende por toda la canción como las armonías que la sostienen son de una gran belleza. En particular, el juramento de venganza de Fëanor es de una tremenda intensidad.

Por supuesto, alguna de las baladas (entendidas aquí como baladas épicas) también son hermosas y majestuosas. Destacar la omnipresente "The Bard Song: The Forest" ( Somewhere Far Beyond, 1992). Si algún día necesitas una canción para acompañar un fuego en un monte por la noche, ésta es sin duda. Por supuesto, la canción trata de los bardos y sus baladas.

Generalmente, en los directos Hansi (el vocalista) aprovecha para darse un pequeño descanso y permite que el público disfrute cantándola. El acabado de la canción en directo, no obstante, es impresionante.

A Night at the Opera (2002) es el disco más complejo de cuantos han intentado, incluso mucho más que el último (donde incluyen numerosas orquestaciones). Destacable la balada (basada en Tristán e Isolda) "The Maiden and the Minstrel Knight", como el tema de opertura "Precious Jerusalem" o otra que devino en mi canción predilecta "And then there was Silence", una suite espectacular de 14 minutos basada en la caída de Troya según la obra de Homero y la Eneida de Virgilio.

Por supuesto, la versión de estudio es mucho más espectacular que la versión en directo.

Have a metal day!!

martes, 6 de marzo de 2012

Pais dun futuro esquecido (II)

Así que resulta que nin sequera a predicción do pasado é unha ciencia exacta. A nosa visión tende a ser máis benévola canto máis vemos para o pasado.

Persoalmente gosto moito das novelas do xénero "fantasía épica". Se na miña mocidade resultara atraído polas obras de misterio ou de terror, é na madurez cando máis me decanto polas obras fantásticas. Non é ningún segredo: todo comezou pola lectura dunha versión castelá de "O Señor dos Aneis", e á súa vez todo comezara pola similitude do título con un disco de Helloween...

Boa parte desas obras arrancan nun mundo (por suposto, máxico e fantástico) decadente, onde as personaxes se refiren constantemente a un pasado utópico perdido. Mais esas historias non fan máis que repetir o arquetipo que propoñen a meirande parte das relixións, anque é máis destacable na relixión xudea e nas súas derivadas (cristiá e musulmá): arrancan cun "Paraíso" do que o home é expulsado por algún pecado, sexa o coñecemento, competir con Deus (esta interpretación e curiosamente semellante á da expulsión do que logo deviu en demo)...

Pero tamén hai outros mitos: a Atlántida é quizáis o exemplo máis elocuente de pasado mítico e glorioso. En non só os mitos. Basta con ollar un libro de texto sobre a historia dun lugar dado: no caso de España, é frecuente a sensación de pesar polo imperio perdido.

Mais escrabellar en tales pasados é laboura tediosa. A meirande parte da documentación que resta da nosa Historia foi creada por parte interesada da poboación. Así, na súa maioría foi escrita por nobres e (en Europa) conservada por cregos. Os textos máis interesantes para comprender tales periodos históricos son, polo tanto, os máis triviais: textos xurídicos, alistamentos de calqueira clase...

Quizais esta visión do pasado sexa dende hai séculos a nosa maneira de espreitar o noso futuro. ¿Como prantexarse senón uns obxectivos sen coñecer o camiño para chegar a eles? ¿pode ser que as nosas ilusións sobre o noso pasado sexan os fachos para o noso futuro? ¿ou poida que non sexan máis que excusas para non cambiar, para non se arriscar a millorar?

lunes, 5 de marzo de 2012

La Red de Ilusiones I

Normalmente, al leer un medio en prensa inmediatamente se suscitan muchas cuestiones discutibles; en ocasiones, nos encontramos directamente con una estafa al lector. Buenos ejemplos pueden encontrarse en las noticias relacionadas con la tecnología, que suelen resultar poco más que breves panfletos publicitarios del cachivache de turno.


Esto sucede con la lectura de periódicos como El País; no quiero pensar en la experiencia de leer panfletos como La Gaceta o La Razón.


El 2 de marzo la versión impresa de El País arranca con la inclusión de una noticia un poco alentadora: que el Parlamento Europeo suspende la ratificación de el llamado Acta; en la sección de opinión incluye un artículo de Daniel Innerarity al que le tomo prestado el título de su artículo: Desenredar una ilusión.


En entradas anteriores de este diario he tratado de exponer cómo es la arquitectura de Internet y sus fundamentos. A ellas me remito como base para esta entrada.

La sociedad de la Red 
Una de las premisas del artículo de Innerarity es que si bien muchos pronosticaban que Internet sería la herramienta sobre la que se construiría una sociedad libre y bastante anárquica, parece que la sociedad está igual de lejos de tal utopía. Las recientes revoluciones en algunos países árabes y el enquistamiento de sus procesos democráticos confirmarían que la red apenas es capaz de impulsar cambios sociales menores.

Hay un primer problema relacionado con la expectativa. Por ejemplo, los cambios en los países árabes que tuvieron una revolución no van a darse en dos días. El proceso llamado transición en España ocupó tres años hasta la aprobación de la Constitución Española, y hubo que esperar a 1982 (tras el intento de Golpe de estadode febrero de 1981) para que el sistema político español comience a cuajar. Puede incluso argumentarse que el proceso de transición finaliza cuando el partido político Alianza Popular se refunda en el presente Partido Popular. Aun así, viendo el enorme déficit democrático de muchas instituciones, podría extenderse la argumentación para cuestionar el asentamiento real de la democracia en España.


Por mucho Internet que se use, ¿por qué un proceso (muchas veces elogiado y calificado de "ejemplar") de 30 años en un país europeo debería resolverse en un país árabe en apenas 6 meses? O examinemos a Hungría y sus recientes reformas: un ejemplo más brutal de cómo un proceso de más de 20 años, en lugar de consolidarse, involuciona.

También  es cuestionable el efecto inmediato que Internet puede conseguir en una generación de usuarios. Si bien tradicionalmente los usuarios técnicos permitieron un funcionamiento de Internet bastante anárquico. Sin embargo, es de esperar que las nuevas hornadas de usuarios se comporten en la Red como lo hacen en su vida privada. No basta conectarse a Internet para convertirse en un humanista ilustrado. En internet se encuentran foros humanistas, pero también retrógrados de extrema derecha, incluso algunas iglesias y religiones varias utilizan la red con provecho. Con Internet puedes informarte de cualquier cosa y acceder a información sobre cualquier tema imaginable. Naturalmente, lo usual es que el usuario navegue por contenidos relacionados con sus gustos e inquietudes ya existentes. Esto incluye a la cultura y a la propia ética.


¿Debería concluirse con Innerarity que la Red ha supuesto un fiasco a quienes depositaron tan altas expectativas? En Mi Honesta Opinión, por supuesto que no. Pero para sostener esta afirmación, he de argumentar en qué medida Internet puede resultar en un catalizador social para una sociedad puede que no utópica, pero desde luego mucho mejor que la actual.

Todo se pega
Mi primer argumento se basa en la premisa de que es el contacto con otras personas el que nos hace mejores personas en la sociedad. Según esta premisa, a medida en que la sociedad va creciendo geográficamente con la ampliación del comercio, el conocimiento de unas personas respecto de las demás aumenta. Y es este aumento de la comprensión de los demás lo que nos mejora continuamente.

Internet, más allá del teléfono, la televisión y otros medios de comunicación, nos acerca unos a otros mucho más. De repente, uno pasa a formar parte de otros mundos y formas de ver la vida. Es difícil sostener los estereotipos tradicionales sobre otras personas cuando interactuas continuamente con tales personas. También pueden compararse nuestros distintos prejucios con los de otros grupos.

Es más, al acceder a parte de la vida de otras personas, es inevitable adquirir parte de su forma de ser. El ser humano se basa de la repetición para aprender, por lo que aprende de aquello que ve. Es el viejo dicho de que "todo se pega". Cuantas más cosas vea y cuánto más heterogénea sean las personas con las que contacte, más evolucionará su propia persona.

Naturalmente, nada es perfecto. Si uno se conecta a foros de extrema derecha, por ejemplo, única y exclusivamente, es poco probable que disponga de estímulos que imitar, ya que tal comunidad será bastante homogénea.

Todo esto es válido para individuos: si trata de relacionarse con más gente tendrá estímulos para aprender y mejorar, mientras que las comunidades cerradas proporcionarán justo lo contrario. Innerarity, como tantos otros, olvida que la sociedad es mucho más que la suma de sus individuos.

Puede ser cierto entonces que una parte de la sociedad utilice Internet para mantenerse anclado. Sin embargo, lo cierto es que en el conjunto de la sociedad el efecto será el contrario. Y el efecto aumentará a medida que las redes sociales formen parte de las capas más jóvenes de la sociedad. No en vano son los segmentos más conservadores los más preocupados por el uso de dichas redes por parte de los menores, incluso de los niños. Y es que es bastante difícil inculcarle los antigos dogmas y las antiguas barreras a un aula de niños conectados a redes sociales.

Desde luego, los cambios introducidos en la última generación son brutales y muy esperanzadores. Hace 4 generaciones un activista antiesclavista no consideraba que un negro fuese del todo humano y que pueda tener algún día los mismos derechos de un blanco. Hace 3 generaciones, no tuvimos empacho en intentar exterminar todo  un pueblo (en Alemania) o a los que pensaban diferente (en España) por una supuesta mejoría en nuestro bienestar. Hace 2 generaciones, nos preguntábamos cuándo moriríamos como especie por culpa de las bombas atómicas y la Guerra Fría. Dado ese contexto, la mejora es obvia.

El cerebro compartido
Internet permite compartir el conocimiento de toda la humanidad para la mejora de sus individuos. Eso no quiere decir que muchos estados traten de imponer leyes restrictivas a tal transimisión de la información. El "Cortafuegos" chino, las leyes que dificultan el acceso a páginas antisemitas en Francia o Alemania, el Acta, las leyes de patentes... hay sin duda un gran esfuerzo exitoso por parte de los estados para poner puertas al campo.

Cierto.

Pero no es menos cierto que en realidad tales comportamientos se dan en estados con legislaciones restrictivas preexistentes. Aunque Innerarity argumente a través de las leyes contra el antisemitismo y pudiese utilizar el Cortafuegos chino, lo cierto es que las leyes de patentes son un ejemplo mucho mejor e interesante.

La legislación de las patentes surge para permitir que las clases burguesas incipientes puedan mantener la propiedad de un descubrimiento o idea mientras consiguen la financiación de su desarrollo y comercialización. Sin embargo, con el tiempo las patentes se comenzaron a utilizar para restringir la competencia.

Como no, las patentes son usadas para tratar de frenar el impacto de la extensión del conocimiento, también con Internet. Sin embargo, el éxito es magro. Y la ciencia y la técnica evoluciona a su pesar.

Podemos comenzar con las propias tecnologías que se usan en la Red. HTML 5 y javascript por un lado; los sistemas *BSD y GNU/Linux; los protocolos de red. Un ejemplo curioso es btrfs, sistema de ficheros de GNU/Linux que sirvió de ejemplo para el nuevo Refs de Microsoft. La supercomputación a bajo coste incrementa la competencia en la generación de conocimiento, de la misma forma que la nube abierta permite por primera vez soñar con deslocalizar por completo la información.

Los impedimentos existen, pero la información es cada vez más compartida de forma exponencial.

martes, 28 de febrero de 2012

InterNET: Red de Redes. y V La red en el mundo

En las entradas anteriores de este diario he tratado de dar una visión razonablemente realista del funcionamiento de InterNET, evitando los detalles técnicos. El lector interesado en tales detalles encontrará abundante documentación tanto en la Wikipedia como en los más diversos manuales al alcance de una simple búsqueda con cualquier buscador al uso (en España, esto casi es sinónimo de Google, e incluso se usa como verbo: googlear).

He hecho incapié varias veces de forma intencionada en los orígenes libres de las diversas tecnologías relacionadas con InterNET: sólo Unix ha sido objeto de muchas licencias; la actual está en propiedad de Novell, mientras que distintos fabricantes mantienen las licencias de sus diversas implementaciones.

Solventar los problemas con esas licencias está en el origen de GNU/Linux, así como también de FreeBSD (que a la postre no deja de ser el origen de la actual implementación de Mac OS).

El transcurso de la breve historia de la Ciencia Informática está marcado por los diversos tira y afloja de tres participantes: por un lado, los usuarios, que hasta poco eran técnicos informáticos liderados por hackers; por otro lado está la Industria, siempre pendiente del beneficio del accionista o del consejero de turno; y por otro lado los diversos estados y organizaciones gubernamentales, que tratan de encajar en la filosofía de InterNET o de hacer que InterNET encaje en su filosofía, dependiendo de los distintos responsables de turno.

El ejemplo más nítido de esto es GNU/Linux. Hoy es el pilar de la red, ya que la mayor parte del tráfico de la misma pasa por servidores equipados con alguna versión. En sí mismo, GNU fue la respuesta al intento de la industria de monopolizar los sistemas operativos que usarían los usuarios; sin embargo, esa misma industria adoptó GNU/Linux con naturalidad en cuanto alcanzó la madurez suficiente. Hoy, la inmensa mayoría del código de Linux es aportado y está soportado por varias grandes empresas (IBM, Red Hat y otras).

Algunos estados y organizaciones supraestatales tratan de favorecer al software libre para garantizar una red que proteja a sus usuarios y ciudadanos, mientras que otros niveles de las mismas administraciones se resisten a facilitar el uso de estos sistemas. No hace mucho en la administración gallega se usaba SUSE Linux Enterprise en el área educativa; sin embargo, los educadores que quisiesen usar el sistema fuera del entorno laboral debían hacer uso de Internet Explorer.

De forma adicional, en España conectarse a InterNET para un usuario doméstico es casi sinónimo de aceptar alguna de las ofertas de los poco competitivos operadores telefónicos al uso. Cualquier otra alternativa es brutalmente cara. Entre los inconvenientes de la legislación actual, la prohibición del acceso a InterNET a través de redes Wifi públicas (o compartir la conexión con los veciones) lastran la universalidad del acceso a InterNET.

Para acabar de complicar el panorama surgen con fuerza un nuevo agente con sus propios intereses: la industria audiovisual, fundamentalmente a través de las entidades "gestoras de derechos". La simplicidad para compartir información a través de la red es natural enemigo de aquellos que viven de vender información o contenidos. Se reeditan luchas comerciales que recuerdan a la del formato de vídeo VHS con el formato Beta; y no se queda ahí, sino que se intenta repetir la vergonzosa experiencia del desencriptado para el DVD-vídeo.

La locura es tal que se demonizan protocolos de distribución de mensajes por la red como el P2P que pueden ayudar a que la red funcione mucho mejor y de forma más homogénea, en lugar de depender tanto de la infraestructura. Para los habitantes del primer mundo (o de las ciudades, en España) esto no es cuestión relevante, pero para el resto de los usuarios no es baladí.

Las últimas líneas de este esbozo las dibujan las entidades bancarias y las grandes distribuidoras, que ven el negocio de poder simplificar e incluso prescindir de buena parte de sus oficinas físicas, por lo que hacen incapié en la seguridad informática; sin embargo, para ello utilizan software de dudosa fiabilidad en el mejor de los casos, empujando a sus usuarios a utilizar el mismo software.

¿Y qué es del usuario en todo este lío? la explosión del mercado informático doméstico fue de la mano del PC equipado con Windows. El usuario desconoce (y la mayoría de veces tampoco le preocupa demasiado) qué sistema o aplicaciones usa, y mucho menos los términos de licencia subrealistas que se emplean en el sector. Al usuario rara vez le preocupan sus derechos o el funcionamiento de InterNET, y llegado el momento de preocuparse rara vez conoce los rudimentos necesarios para tomar partido. El mismo usuario puede conectarse con Windows en su casa o con su Iphone en el autobús para quejarse de que una ley determinada ataca la neutralidad de la Red, para luego participar en un ataque DoS (Denegación de Servicio, coordinarse con otra gente para efectuar muchas peticiones a un servidor para colapsarlo) para supuestamente defender dicha neutralidad. Al usuario ni siquiera se le pasará por la cabeza que colapsar un servidor como acto de protesta vulnera la libertad de expresión de los propietarios de dicho servidor: una de las reglas más tradicionales y respetables de Netiqueta (también vulnera la regla de no ocupar ancho de banda que puedan necesitar otros).

Por un lado, el usuario entrega la libertad que podría suponer la Red para beneficio de empresas multinacionales y ciertas administraciones; por otro lado, teme el uso que aquéllos puedan hacer para coartar su misma libertad. Es curioso, pero pocas veces se escucha algo de autocrítica en esta cuestión, y es lógico. La mayoría de iniciativas de defensa de la neutralidad de la red parten de promotores y entusiastas del software libre, quienes disponen de herramientas para hacer un uso efectivo de la Red. El problema que no vemos es que es fácil atacar la independencia y neutralidad de la Red, pero sólo porque la inmensa mayoría de usuarios no dispone de tales herramientas, e incluso en su mayoría las desconocen por concreto; o bien usan herramientas que los privan de cualquier derecho sobre su propia información, tales como el Messenger de Microsoft, o el Whatsapp de la empresa homónima.

La telefonía móvil ha supuesto desde siempre un ataque a la neutralidad de la Red, o al menos desde que permitió conectarse a la misma. Tras los nombres como Wap, 3G o la inminente 4G se esconden políticas comerciales para decidir qué contenidos de la red son accesibles para el usuario o cómo debe de emplearla. Pocos reconocerán que dichas redes no son más que limitaciones al UMTS desarrollado hace ya 20 años.

La privacidad se consigue con cifrado; la neutralidad, con tecnología abierta. Y es imprescindible también no dejar de vigilar las leyes que quieren cercenar InterNET para el servicio de unos cuantos burócratas y una pandilla de consejeros de grandes empresas. Es el único camino para que la Red de Redes llegue a desempeñar el papel al que está llamada en la sociedad humana.