jueves, 31 de julio de 2014

Camino a Linux: pilares del escritorio

Acabamos julio terminando esta colección de artículos sobre el escritorio informático.

Hasta ahora he tratado de abordar la metáfora de escritorio. Como el lector habrá podido adivinar, el objetivo era conseguir observar la interfaz de escritorio de una forma más general al típico manual al uso. Podrías pensar que mi objetivo es que vuelvas a usar la metáfora del escritorio como tal y no como una aplicación de un sistema operativo determinado, y estarías muy cerca de mi intención.

Naturalmente, no he abordado ni de lejos todos los elementos básicos de un buen escritorio informático. Ni siquiera he tratado apenas la evolución de los mismos, solamente cuando he considerado que la explicación podría introducir un matiz interesante para otro tema relacionado. En la wikipedia, tanto la inglesa como la española, y en otro buen puñado de lugares, puedes encontrar mucha información al respecto de éste y otros aspectos de los escritorios.

En este artículo voy a seguir principalmente el sistema empleado en cualquier "Unix-like" como GNU/Linux. No tanto por la razón de estos artículos (Camino a Linux ;) ), sino porque es el sistema con el que estoy más familiarizado. De todas formas, cualquier sistema operativo emplea ideas similares.

La Interfaz Gráfica


Para poder usar dibujos botones, iconos y otros elementos gráficos, lo primero que necesita el sistema es la capacidad de dibujar
Interfaz de texto
puntos del tamaño más pequeño posible. Esto no es baladí: al principio los sistemas informáticos proporcionaban una imagen que generalmente llamamos "interfaz de texto". En este sistema, la pantalla que vemos simplemente muestra un número de columnas y filas. En cada "celda" resultante se dibuja un carácter. Digamos una letra, o un número. Aunque puedes usar signos escritos para realizar dibujos simples, lo que tienes siempre es una sucesión de caracteres.

también hay ventanas en interfaces de texto
¿Podemos dibujar una recta? eso es sencillo. Tomamos el carácter "guión" (-) y lo repetimos el número suficiente de veces. Como esa línea nos queda entrecortada, en lugar del guión tradicional usamos el "guión largo" (—). Para un rectángulo, usamos ángulos, guiones y barras verticales.

Para poder hacer cosas más elaboradas se desarrollaron los "Sistemas Gráficos". En estos sistemas, la pantalla nos muestra filas y columnas pero de puntos en lugar de caracteres. Un carácter puede requerir, digamos, 96 puntos para formarlo.
Xerox, the first

El número de líneas y columnas que forman la imagen se denomina "resolución"; Desde que se incorporó la capacidad de reproducir color, el número de bits necesario para especificar el color de cada punto de la imagen se denomina "profundidad de color". Habitualmente se denomina color real a profundidades de colores de 24 bits o más, ya que se supone que el ojo humano no distingue muchos más. El número de colores que se pueden mostrar con una profundidad dada es de 2^profundidad. Así, con 8 bits tenemos 256 colores para elegir, con 16 algo más de 65000 y con 24 más de 16 millones.
Mac

La resolución es lo que hace que una interfaz gráfica resulte adecuada para representar un escritorio en lugar de la interfaz de texto. Si bien es posible obtener interfaces de texto con resoluciones de más de 100 líneas, lo cierto es que la interfaz gráfica más cutre tendrá más de 250. Cuando hablamos de la resolución, con frecuencia nos referimos solamente a la altura de la imagen, el número de líneas que la forman, ya que es con diferencia la menor cifra de las dos que forman la resolución.

El Gestor de Ventanas

Tenga el nombre que tenga, es buena idea disponer de un software que se encargue de dibujar los elementos típicos de un escritorio informático: las ventanas, botones, iconos varios, ec. En cierta forma, el gestor de ventanas actúa de intermediario entre las aplicaciones del escritorio y el sistema gráfico. Así, un programa necesita una ventana, una barra de menú, una serie de botones y un espacio de trabajo. El escritorio le "solicita" al gestor de ventanas que dibuje dichos elementos, y el Gestor de Ventanas le indica al sistema gráfico qué puntos y de qué colores debe de representar en la pantalla.
Elementos de una ventana

Por supuesto, el gestor de ventanas se encarga de la decoración de los elementos gráficos. Es lo que se suele llamar "tema de escritorio". Si un fondo se rellena
con texturas, si por defecto se utiliza una

fuente de texto (tipografía) dada, si los bordes de la ventana tienen cierto grosor, si se dispone de botones para maximizar, minimizar o cerrar la aplicación y dónde se disponen... Fijaos que la aplicación no se preocupa de los elementos básicos del escritorio. La aplicación simplemente indica que necesita una ventana donde ejecutarse, los elementos que requiere (digamos, un menú de opciones y un espacio donde escribir texto) y el gestor de ventanas proveerá de todo lo demás, encargándose también de la presentación: colores, texturas, fuentes... Algunos desarrolladores crean software que se ocupan de estos detalles, particularmente los desarrolladores de aplicaciones escritas en Java. Bien, si siempre has creído que es redundante, ¡tenías razón!. Además, la consistencia con el resto de aplicaciones suele ser mucho menor.. cosas.
X11 : sin gestor de ventanas, no hay bordes
Realmente, algo similar sucede si usas diferentes toolkits. Un toolkit es un conjunto de herramientas para escribir aplicaciones, o más bien un conjunto de elementos gráficos de escritorio para escribir dichas aplicaciones: botones, menús, fondos de ventana, cuadros de texttoolkits pueden requerir formas de decoración diferentes. Sin embargo, al fin y al cabo será el gestor de ventanas el encargado de llevar a cabo esa decoración. Hay muchos para distintos escritorios: GTK, FK, QT, el de Borland, el de Windows, etc.
QT: Amaya
o, etc. Diferentes

Compiz: posiblemente el mejor gestor de ventanas con composición
Las interfaces más modernas (digamos las de los últimos diez años) incorporan un elemento más con el gestor de ventanas, muchas veces denominado "Compositor". La función de este elemento es facilitarle al gestor de ventanas crear elementos que simulen determinados efectos visuales, desde transparencias hasta efectos 3D. Para que el sistema pueda hacer esto, debe disponerse de hardware adecuado y el sistema debe de configurarse para ello. Por supuesto, cualquier equipo mínimamente moderno es compatible con la composición, si bien aun en algunos casos puede requerirle demasiado esfuerzo.
KWin, el primero de los "grandes" en incluir composición

El Escritorio

Kde 5 para escritorio. La convergencia es cosa del equipo
En ocasiones se le denomina Espacio de Trabajo, pero esto puede resultar confuso, particularmente en sistemas Unix y similares. Otra forma que a veces se utiliza de forma indistinguible, añadiendo confusión, es Sesión Gráfica de Usuario.
Windows, de MS: ideas no faltan, pero las interpretan mal

GNOME 3, que no ninguna de sus encarnaciones
Mac OS
Un Escritorio Informático no es más que una Interfaz Gráfica de Usuario que dispone de elmentos con los que trata de representar la metáfora de escritorio. El Escritorio hará uso de un gestor de ventanas para representar tales elementos, el cuál a su vez requerirá de una Interfáz Gráfica para poder hacer los dibujos necesarios en la pantalla.

Android
iOS
Para el usuario humano, el Escritorio incluirá distintos elementos, pero siempre tendrá uno o varios Espacios de Trabajo, un menú de aplicaciones y lanzadores de las aplicaciones.

Hay vida más allá: Enlightenment 17
Desde hace años está aumentando la importancia de unos elementos especiales, generalmente denominados "widgets de escritorio". Estos elementos en lugar representar lanzadores de la aplicación, proporcionan vistas de algún tipo de información. Por ejemplo, puedes tener un widget que muestre la previsión metereológica, otro con el uso de tu red, etc. Su uso aumenta espoleado por las interfaces de los dispositivos móviles, tanto smartphones  como tablets.

Estos widgets proporcionan información de forma pasiva y no esperan una gran interactuación del usuario. Eso los diferencia de las aplicaciones, diseñadas precisamente con ese fin en mente.

Widgets de KDE: Plasmoides
KDE netbook, nadie interpretó mejor la convergencia de dispositivos


¡Vaya!, creo que hemos dado un buen repaso a la idea de escritorio informático. El Camino a Linux está asfaltado con el trabajo de mucha gente a lo largo de más de 20 años, y también del fracaso de aquellos que pretendieron conducirnos como un rebaño. Pero también de originalidad y talento, y de diversidad.

Para terminar, ahí van un par de vídeos sobre Plasma 5 y Elementary OS.


viernes, 18 de julio de 2014

Camino a Linux: lanzando aplicaciones del escritorio

Toca la penúltima entrada sobre los escritorios en general. Si habéis seguido las entregas anteriores, estaréis ya familiarizados con un buen montón de conceptos típicos del escritorio.

Hoy toca hablar de los lanzadores de escritorio. Grosso modo, un lanzador es un elemento gráfico que nos permite ejecutar aplicaciones o bien acceder a nuestros ficheros a través de las aplicaciones correspondientes.

Sin embargo, antes de meternos en tarea debo de sacarme de delante otro concepto, quizás el más importante para la mayoría de escritorios informáticos: los iconos.

Iconos

Un icono no es más que una imagen de tamaño reducido que pretende representar algo, por ejemplo, una idea, de forma más o menos básica. Aplicado este concepto al escritorio informático, un icono es una imagen que representará un fichero, una aplicación u otro elemento del sistema.

Icono para un archivo de texto.
No sólo representa el tipo de fichero,
sino que indica la aplicación que
se utilizará por defecto para abrirlo

Como es de esperar, un icono realmente consiste en un fichero de imagen, de tamaño y resolución reducida. Posteriormente, a un elemento dado se le asocia un icono, y eso es lo que vemos en nuestro escritorio.

Los iconos son los elementos gráficos que mejor expresan la metáfora del escritorio. Hay otros elementos, como botones o cuadros para marcar (checklists), pero los iconos permiten una representación más visual de los elementos de los que dispone el operador para utilizar el computador. Así, un fichero de texto tendrá un icono que representa un texto, y su nombre, mientras que una aplicación tendrá un dibujo o logo que represente a tal aplicación.

Desde el punto de vista informático, los elementos como las casillas de verificación, como botones, menús o barras deslizadoras, son llamados widgets. En general, un widget no es más que un elemento gráfico con algunas propiedades y capaz de efectuar determinadas funciones en respuesta a determinados eventos. Las propiedades pueden ser el nombre y el icono que lo representa, mientras que los eventos dependerán del elemento a considerar. Un archivo de texto podrá abrirse, cerrarse y copiarse, mientras que una aplicación podrá ejecutarse.

Lanzadores

Un lanzador no es más que un tipo de widget especial. A él se puede asociar la aplicación que se debe de ejecutar, las opciones que debe utilizar esa ejecución, un icono... Por su parte, podemos abrir el programa de turno (ejecutarlo), cambiarle el tamaño (maximizar, minimizar) y otras funciones que pueden depender del escritorio a considerar.
KDE con lanzadores en el escritorio y en el panel

También son lanzadores las entradas de menú que corresponden a aplicaciones o ficheros, acompañadas o no de iconos. Los lanzadores suelen estar emparentados con los accesos directos (enlaces a otros ficheros), si bien algunos menús principales de algunos escritorios pueden utilizar una estructura diferente, o ambas.

El botón de menú general de Windows Vista, 7 y otros escritorios también dispone de un icono, mientras que Windows 95 y siguientes sólo disponían de un botón con el famoso texto "Inicio".

Dentro del escritorio, los lanzadores se ubican en áreas adecuadas: el menú principal, el panel o el escritorio. Sin embargo, los escritorios más modernos pueden incorporar variaciones sobre esta idea. Por ejemplo, en KDE 4 el escritorio sólo puede albergar un tipo de widget: plasmoides y similares.

Modernamente, podemos referirnos como "lanzador" a todo el entorno preparado para albergar lanzadores o a las herramientas que nos permiten ubicarlos (paneles, menús). Entre los más populares son los denominados como en inglés docks (muelle), que se disponen generalmente en una barra y tienen alguna suerte de animación.

Como es usual, la wikipedia (inglesa) ofrece bastante contenido al respecto.

Fluxbox: un escritorio diferente

Hay muchos ejemplos de escritorios diferentes, pero Blackbox es un ejemplo particularmente apropiado aquí. A diferencia de la mayoría de escritorios, Blackbox no emplea iconos, sino simples entradas de menú. Incluso cuando se minimiza una aplicación, su representación es a través de una entrada de menú. Así que, como es de esperar, no hay lanzadores como los lanzadores de escritorio o de panel de otros escritorios. Sólo diferentes menús que se muestran según el botón del ratón pulsado, con los respectivos lanzadores de las aplicaciones disponibles en el sistema.
Blackbox, en tiempos llamada también "la Caja Negra de la Rapidez"

"Disponible" en el sistema, en este caso, significa que la aplicación sigue el estándar Unix para clasificar las aplicaciones. Si deseas instalar una aplicación que no siga tal estándar, deberás procurar cumplirlo tú, lo que es muy diferente a la edición de menús propia de otros escritorios.

Como se ve, Blackbox dispone de un simple panel (sin iconos), y un escritorio básico (también sin iconos). Puede configurarse hasta niveles muy elaborados, pero su apariencia básica es... vamos, básica. La ventaja debería ser evidente: el consumo de recursos necesario para ejecutarlo es risible comparado con cualquier otro escritorio moderno.

Blacbox lleva años sin una versión estable. En su lugar, lo que circula por el mundo es un fork denominado Fluxbox, que a las características de Blackbox añade la capacidad de incorporar widgets de escritorio como lanzadores, paneles, etc.

Como otros escritorios "básicos", Fluxbox permite un nivel de personalización muy alto, si bien no dispone de herramientas al uso para su configuración. En su lugar, el usuario debe de configurar los ficheros correspondientes. Y su consumo de recursos lo convierte en una gran alternativa para equipos viejos o con grandes exigencias.

Precisamente, la mayoría de usuarios encontrará poco interesante configurar los ficheros manualmente por prueba y error. También pueden verse frenados por el cambio de paradigma de "menú en botón de panel" a "menú en botón de ratón".

En la siguiente y última entrada de la serie sobre escritorios gráficos tendremos ocasión de asomarnos a otros escritorios y a otras herramientas interesantes.

martes, 15 de julio de 2014

Camino a Linux: el Escritorio. Técnica de trabajo

3ª entrega sobre el escritorio informático. Pueden consultarse las anteriores entregas a través de la etiqueta "Escritorio Informático".

Trabajar con un escritorio no consiste simplemente en coger una hoja de papel y ponerse a escribir como un loco, salvo que seas el negro de un escritor de betsellers o redactes normativas para una administración pública. Cuando se habla del trabajo en un escritorio, siempre se deja en el aire el adjetivo eficiente.

Una tarea común en un escritorio es compilar información. Tal vez tengas que tomar datos de varias fuentes y ponerlas en una sola. Un ejemplo de estos sería una hoja de gastos. Creas un documento y dispones tres encabezados para otras tantas columnas, digamos:

Listado de Gastos

Fecha Concepto importe
25/10/1998 compra supermercado 2.500 pts.
25/10/1998 cine 1.000 pts.
26/10/1998 compra carnicería 2.500 pts.

Este es un ejemplo razonable de documento con datos copiados de otros documentos. En informática, es distinto de copiar documentos completos, como harían los copistas medievales. Copiar un documento, desde el punto de vista de la ofimática, es una tarea diferente y no relacionada con su edición.

Editar un documento es algo así como modificar su contenido para lograr el resultado requerido. Fotocopiar un documento, o copiar un fichero con otro nombre u otra ubicación no altera dicho contenido. Copiar es una forma sutil de edición: no modificas el documento donde copias información, sino el documento en el cual la copias, que puede ser el mismo o no.

Si no se ha trabajado con un escritorio, uno puede encontrar como mínimo extraño el uso de tijeras y pegamento para confeccionar documentos. Si a dichos útiles se añade una fotocopiadora, las posiblidades de edición son muchas. Puedes hacer una copia de un logo, recortarlo y pegarlo en la posición adecuada de otro documento, al cual añadirás información de otros lugares. Imaginad cómo confeccionar un folleto sobre cervezas: coges fotografías de las cervezas, las fotocopias con un tamaño más reducido, recortas las imágenes y las pones en cuadros a la izquierda del folleto. Para los textos, puedes aprovechar las publicidades que ten han enviado varios vendedores: recortas el texto que te interesa de cada publicidad, y lo pegas al lado de la imagen correspondiente. Una buena fotocopia, et voilà!!

Si una fotocopiadora puede ampliar mucho tus horizontes a la hora de crear documentos, un computador puede hacer mucho más. Por ejemplo, volviendo a nuestra lista de gastos, ¿por qué no puede el computador sumar las distintas partidas para ofrecernos el total, de forma que se actualice si cambio o añado alguna?

Otras tareas de edición habituales son la búsqueda de información y su reemplazo por otra. Por ejemplo, puedes tener una plantilla de gastos antigua, con los cálculos en Pesetas, y ahora lo necesitas en Euros. O tal vez de Dólares a Euros, o de Euros a Dólares. En cualquier caso, basta con ordenar reemplazar una moneda por otra. Ya está.

Copia y pega, que algo queda

Como es de esperar, estas opciones de edición forman parte de los escritorios informáticos desde el principio: ya por los 70 Xerox había implementado una forma de copiar texto entre documentos de texto.

En su implementación de Windows, Microsoft imitó el atajo Ctrl+c para copiar, propio de Macintosh. Hasta entonces, en ese y en otros sistemas era el atajo para parar un comando que estuviese en ejecución. Sin embargo, hay múltiples atajos para distintas aplicaciones y sistemas.

Cortar Copiar Pegar
Generic/Apple Command+X Command-C Command-V
Windows/GNOME/KDE control-X / May-borrar control-C / control-insertar control-V / May-insertar
BeOS alt-X alt-C alt-V
Acceso de usuario común May+borrar control+insertar May+insertar
Emacs control-W (para marcar)
control-K (hasta final de línea)
meta-W (to mark) control-Y
vi d (borrar) y (yank) p (poner)
X Window System
click-y-arrastrar para resaltar botón central del ratón



Por ejemplo, en Windows puedes usar los atajos propios de Windows o también los de usuario común; en KDE y GNOME, además de esos dos, también puedes usar los del Sistema de Ventanas X.

El hecho de que cualquier escritorio proporcione uno o varios mecanismos para compartir información entre documentos suele llevar a pensar que es una característica propia de los escritorios. Esto, por supuesto, no es así. Basta con ejecutar editores de texto potentes, como Vi o Emacs, para encontrar muchas más posibilidades que el modesto cortar/copiar-pegar.

El mecanismo en un procesador de textos como Vi se basa en disponer buferes, en los que el usuario va "colocando" los textos a copiar o cortar. Posteriormente, sitúa el cursor en el lugar donde quiere insertarlo, y simplemente lo "pega".

Por su parte, los sistemas gráficos suelen ser más potentes. Generalmente disponen de alguna forma para poder insertar en cualquier parte de un documento cualquier parte de otro.Digamos que lo que se quiere copiar se guarda en una suerte de "contenedor" para poder ser utilizado en cualquier otra aplicación que sepa manejar dicho contenedor. El protocolo de Microsoft para esto es OLE2, el cual es generalmente compatible con cualquier escritorio Linux.

Pero un escritorio informático sería bastante pobre si simplemente proporcionase estas tareas de edición. Volvamos al ejemplo de la "lista de gastos". Puede ser que haya un error en una de las cifras. Supongamos que el documento con la compra del supermercado está mal, y que falta un envase de detergente con un coste de 500 pts; el total deberá ser 3000 pts. Así que editamos el documento, añadimos la partida del detergente y guardamos.

Es interesante que el escritorio tenga la posibilidad de actualizar dicho cambio de forma automática para que no necesitemos recordar que esa cifra ha cambiado. Es lo que suele llamarse "vinculación": el origen del dato no sólo es externo a un documento, sino que pertenece a otro y, por lo tanto, es susceptible de ser modificado.

Vinculando un logo en una versión de OpenOffice
Un documento con logo. Si se modifica el logotipo, el documento actualizará dicha modificación.
Hay muchas formas de implementar todo esto. Un escritorio debería tener al menos una de ellas (digamos OLE2, la de Microsoft), si bien puede tener otros mecanismos para hacer lo mismo. Lo mismo puede decirse de las acciones que realizan tales tareas. Por ejemplo, arrastrar un lanzador de una aplicación a un área adecuada puede tener el efecto de crear un nuevo lanzador (típico para los menús de "favoritos"), mientras que en otros casos puede ejecutar la aplicación. Si bien lo cierto es que la mayoría de escritorios pueden ser utilizados de forma similar, es mejor comenzar por comprobar que todo esto funciona como se espera, bien sea con la documentación de turno, bien con el método tradicional de "prueba y error".

Bien, en la siguiente entrega hablaremos de iconos, lanzadores y accesos directos, que es al fin y al cabo cómo utilizamos un escritorio. Y finalizaremos con una entrega más técnica.

miércoles, 9 de julio de 2014

Camino a Linux: haciendo lo que se puede con un escritorio informático

Recordando aquellos tiempos de oficinista, tenía una mesa enorme con unos diez centímetros de papel que cubrían la mitad de su superficie, amén de las clásicas bandejas apiladas y el archivo propiamente dicho. Y es que siempre había cosas pendientes y el jefe pasaba por allí de vez en cuando, pese a lo mucho que insistía en ser él quien diese el visto bueno a las cosas.

Después he visto cientos de escritorios de oficina, y casi puede considerarse que un escritorio despejado es síntoma de poco trabajo...

Bromas aparte, la mesa del escritorio funciona como una especie de almacén primario de las cosas que tienen más prisa o de las que no sabemos en ese momento qué hacer con ellas. Pero también, con frecuencia, es un buen reflejo de lo mucho que cuesta levantarse para ir al archivo.

Si echamos un vistazo a cualquier escritorio moderno, tenemos una serie de útiles que siempre estarán presentes: una tijera, pegamento, cinta adhesiva, grapadora, calculadora, cajones para guardar cosas, bandejas para guardar papeles, sellos para marcar papeles... sin olvidar de los post-it, tan ubicuos en las últimas décadas.

Un operador informático esperará disponer de equivalentes informáticos a dichos utensilios. Querrá copiar, cortar y pegar cosas de un lado a otro, poder marcar cosas, guardarlas en distintos lugares en función de una serie de criterios a veces casi místicos, tomar notas de alguna forma, disponer de una agenda razonablemente cómoda, y por supuesto tener una aplicación que le permita redactar documentos.

Fijémonos en la agenda: décadas después, a falta de consolidar el impacto de las tabletas modernas, aun no se han reemplazado ni los tarjeteros ni las agendas tradicionales. Muchos oficinistas prefieren una agenda tradicional ya que la mayoría de sus comunicaciones son a través del teléfono. El hecho de que pudiesen hacerse con el computador es un gran desconocido, ni siquiera cuando aplicaciones como skype lo hicieron casi trivial y de bajo coste, cuando no gratuito. Yo tengo mi computador, pero si quiero llamar a alguien lo llamo por teléfono. Es más, aun cuando muchas redes sociales modernas permiten utilizar clientes en el computador, muchos de sus usuarios la mensajería la utilizan con el smartphone: dejan el teclado, sacan el móvil de donde lo guardasen, o lo buscan donde lo hayan dejado, cargan la aplicación de turno, seleccionan a la persona con la que comunicarse, y le escriben con abreviaturas lo que sea.

He querido poner una captura del menú de Windows XP, aunque supongo que no será muy legal: la licencia dice que solo se puede capturar todo el escritorio etc, pero lo que quiero ilustrar es qué trae un escritorio como ése. Así que no sólo añado esa imagen, sino que la pongo bien grande para que se vea.
Si la NSA se chiva a Microsoft, trataré de enviar los demás artículos escritos en sangre para que otros los publiquen ;)

A la izquierda nos muestra accesos para las aplicaciones favoritas, mientras que a la derecha nos proporciona accesos a distintos aspectos del sistema: el panel de control, las impresoras, las principales carpetas donde el usuario archiva sus cosas... En la izquierda al final tiene un enlace a una lista de aplicaciones. Como he dicho en el post anterior, Windows es tan divertido que no clasifica las cosas, sino que cada aplicación se muestra en la carpeta del desarrollador. Así, en la carpeta Microsoft Office tendrás el Office de Microsoft, en la de Adobe tendrás cosas como el Adobe Reader, etc. Lo interesante ahora mismo es observar la carpeta "Accesorios", que contiene cosas como un procesador de textos simple (Wordpad), la aplicación que se utiliza para gestionar el archivo de los ficheros (el Explorador de Windows), un cuaderno de notas (Notepad, que es un sencillo editor de texto), una libreta de direcciones, una calculadora y ciertas herramientas de comunicaciones. Es una gran pregunta por qué también están aquí cosas como el Explorador de Internet (Internet Explorer), pero supongo que entonces le habrá parecido buena idea a quien fuese, posiblemente como una analogía extraña con el Explorador de Windows.

Igual que a un oficinista puede darle pereza llevar continuamente los albaranes al Archivo, y tomarlos de éste cuando los necesita, o coger los folios en el armario cuando los necesita, mejor meterlos a presión en un cajón, también al usuario de un escritorio informático puede darle pereza algo como pulsar el botón de menú, pinchar el enlace del programa en la columna de la izquierda o no digamos ya tener que buscarlo en "Todos los Programas". O puede que no sepa donde guardar un fichero, o no quiera andar a explorar ningún mundo en el disco duro para ver dicho fichero. Así que es frecuente tener el escritorio plagado de accesos directos a aplicaciones y documentos, formando una amalgama extraña y siendo difícil en muchas ocasiones encontrar nada.

Esto puede ser peor ahora que se están popularizando los "indexadores de ficheros". Básicamente, tienes una aplicación siempre en marcha que va creando una lista de todos tus ficheros en función de una serie de criterios. Si antes la gente era perezosa, ¡imaginaos ahora!! Así que cada vez más gente obtendrá enormes listas de ficheros para buscar el suyo cada vez que lo necesite. Es cierto que se pueden utilizar etiquetas y otros seudodatos para facilitar la búsqueda, pero, lamenteblemente, añadir esos datos es algo que se debe de hacer al crear o guardar el fichero, no después de pasarse una hora buscándolo.

Lo que se puede y lo necesario

Está muy bien saber qué herramientas esperamos en un escritorio, pero no es una información muy útil por sí misma. Nos falta lo más relevante: el uso, la causa, el "para qué".

Si has leído literatura de épocas anteriores a la informática, o al menos basadas en ella, si has visto series y películas con tal ambientación, es posible que hayas visto varios tipos de escritorios personales. En ellos, los personajes con frecuencia utilizan su escritorio para redactar alguna carta a sus parientes o amantes, a veces escriben en algún diario y de vez en cuando lo utilizan para leer. En "El Nombre de la Rosa" pude verse un Escritorio (scriptorium) completo, donde los copistas no sólo copiaban los textos de las obras, sino que con frecuencia les añadían sus propias ilustraciones.

El auge del comercio trajo consigo, también, necesariamente, una versión del escritorio pero para asundos mercantiles. Libros de cuentas, facturas, letras de cambio y pagarés, puede que incluso algún medio de cálculo o se pesado... La necesidad de clasificar y tratar la creciente información contable es la que llevó a la creación de la disciplina conocida como "ofimática".

Y sí, la ofimática es más que utilizar el popular paquete "Microsoft Office".

En la informática moderna es posible emplear herramientas de gestión documental,
que nos ayudan a mantener una buena organización de nuestros ficheros. Podemos añadir "metadatos", elementos como etiquetas o banderillas que permiten aumentar la identificabilidad de un fichero. Podemos hacer una foto y añadir, por ejemplo, etiquetas con la gente que sale en ella, el lugar, una temática... podemos almacenar un fichero y añadir una etiqueta para relacionarlo con un proyecto que puede estar almacenado en otro lugar.

Incluso podemos acceder a ciertas características de la llamada "computación en nube" para aumentar nuestra capacidad y disponibilidad. Podemos compartir ficheros entre máquinas, utilizar aplicaciones remotas y un sin fin de mejoras para nuestro trabajo.

Y sin embargo, curiosamente nuestro escritorio informático digamos "profesional" es muy similar al escritorio informático personal. Incluso puede que empleemos las mismas aplicaciones. Y es posible que prácticamente no estemos usando la capacidad de identificar nuestros ficheros con etiquetas. Al fin y al cabo, hacemos aquello que aprendemos y nadie nace aprendido.

La metáfora de escritorio no ha cambiado mucho desde que Xerox la desarrollara allá por los años 70. Ni la versión de Apple ni la de Microsoft presentan cambios sustanciales, más allá de incorporar más elementos y dotarlo de un mayor dinamismo. Al final tienes un menú para manejar las distintas aplicaciones, un panel utilitario en el que diponer información relevante (la conexión de red, la hora,...), alguna forma de acceder a aplicacones activas y widgets basados en botones, casilleros y otros elementos familiares. Y alguna suerte de listado de aplicaciones disponibles. El indexador de ficheros de Apple sonaba terriblemente novedoso en Microsoft, pero los usuarios de Unix sabían que habían dispuesto de locate desde hace bastante tiempo.


En la próxima entrega pretendo abordar el escritorio visto desde el computador, para tratar de entender su funcionamiento, o si se quiere, cómo se plasma la metáfora de un escritorio de trabajo en un sistema informático. Para ello, se hablará de funciones comunes como cortar/copiar/pegar, copiar y mover ficheros, y otras cosas que hacemos siempre que utilizamos uno de estos sistemas.

martes, 8 de julio de 2014

Camino a Linux: Bienvenid@s al escritorio!

Ya iba siendo hora de añadir nuevas entradas al blog. Y ¿qué mejor tema que hablar del escritorio de Linux?

Recuerdo mis primeros tiempos haciendo prácticas de administrativo en una pequeña oficina, en la cual me habían puesto un equipo con Windows 3.1 (un 386-DX). Juro que no acababa de pillar la metáfora del escritorio famoso. Tampoco acababa de ver el sentido de las "ventanas". La idea de una ventana no es ver una cosa, sino de ver otras cosas, dejar entrar aire más o menos limpio... se ve que mi capacidad imaginativa de aquellas no era muy allá.

Supongo que no ayudaba el que escritorio, en gallego, se refiere a toda la estancia, justo como el original latino. Un PC con Windows, por entonces, no era más que un equipo puesto encima de una mesa. Habría que esperar a Windows 3.11 para tener equipos trabajando en red, pero en una pequeña oficina era algo muy raro.

En Windows 3.1x tú podías minimizar el escritorio como cualquier otra aplicación. De fondo te quedaba la pantalla gráfica en funcionamiento, e iconos que representaban a los programas
"abiertos". Tenías ventanas que mostraban grupos de accesos directos, una ventana que agrupaba a estas ventanas, llamada a la sazón "Gestor de Programas", y otras ventanas que mostraban la interfaz de cada aplicación. Cada ventana tenía una menú con varias opciones (Archivo, Editar, etc.).

Naturalmente, esto suponía un gran avance respecto a MS-DOS, pero no era nada espectacular. Podías abrir una aplicación y ejecutar otra al mismo tiempo, igual que en MS-DOS, pero nunca las dos a la vez. En general, heredaba todos los defectos de MS-DOS, ya que Windows no era más que un entorno gráfico para MS-DOS: nombres de 8+3 caracteres para los ficheros, gestión de memoria chapucera ("640 KB deberían bastar para todo el mundo!!!"), ausencia de multitarea, ausencia de perfiles de usuarios, controladores gráficos que eran lo que había...

Windows 95 fue un éxito tremendo con el público. Bill Gates convocó a un niño para demostrar que hasta un niño podía usarlo y la gente enloqueció. Dicen de Jobs, pero en mi opinión Gates era mejor aún con el público. El punto divertido es que en países hasta entonces relegados como España se abarataron las telecomunicaciones, de forma que una o incluso dos horas de navegación diaria no eran prohibitivas, aunque sí caras. También coincidió con el lanzamiento del Pentium por parte de Intel. Los computadores personales clónicos dejaron de ser una rareza para generalizarse poco a poco, con acceso a internet mediante módem. Eso hizo que la popularidad de Windows 95 en lugares como España se disparase. Al fin y al cabo, no había muchos sistemas operativos disponibles para las máquinas de la época.

Windows 95 ya tiene su propia estética, mucho más visual y o
rganizada que Windows 3.x., dejando de asemejarse tanto a Macintosh. Es curiosamente entonces cuando Jobs monta en cólera y arrecian las acusaciones (ciertas) contra Microsoft por haber copiado su sistema. Windows 95 seguía siendo de 16 bits como MS-DOS, pero tenía una mejor gestión de la memoria, admitía nombres largos para ficheros y algo de multitarea mejorada. El "Gestor de Programas" desapareció y fue sustituido por un panel en el fondo, con un botón de menú que ponía "Inicio" a la izquierda. Desde entonces, durante años para apagar un equipo con Windows ha habido que iniciarlo. En la derecha del panel se disponía una "bandeja de sistema" donde se podía ver la hora y otras cosas, y en el espacio restante se veían botones de las aplicaciones abiertas. El escritorio muestra iconos que representan archivos o imágenes, y en el arranque del sistema se muestra una especie de animación para "endulzar la espera".

Entre Windows 98 y Windows 7 hay pocos cambios. En Windows 98 se pretende hacer que el uso del sistema se asemeje más al de la web, pero el 1-click para todo fracasa. En Windows 7 se dota al menú de más dinamismo, mientras que Windows XP es un sistema de transición para unir Windows 2000 y Windows Me.

La mayoría hemos llegado a la informática usando alguna versión de Windows. De la misma forma, comenzamos a usar aplicaciones de Microsoft, Adobe y otros. De hecho, el menú de Windows agrupa las aplicaciones por fabricante, en lugar de por funcionalidad. A unos y a otros les da igual, y los desarrolladores prefieren hacer notar su aplicación sobre las demás. A tal punto, que no empleamos una aplicación para procesar textos cuando queremos escribir una carta o los apuntes de clase, sino que "usamos Word"; tampoco usamos una hoja de cálculo para analizar datos, sino que usamos una "hoja de Excel". Bueno, también está el AutoCAD ya que todos tenemos un arquitecto dentro,  o el Photoshop, que pese a que Hollywood se las arregla estupendamente sin él, al parecer nuestra vida sí que pierde luminosidad y brillo.

En este mes hablaremos más del escritorio y veremos cómo se puede usar GNU/Linux ya sea para trabajar, para disfrutar en casa con las posibilidades del mundo multimedia o para cualquier cosa que se os ocurra.

Mientras, un curioso puede ir echando un vistazo en la wikipedia. Como siempre, mejor en inglés:
  • http://es.wikipedia.org/wiki/Escritorio_Linux
  • http://en.wikipedia.org/wiki/Linux_desktop_environments#Desktop
Salud!!