miércoles, 17 de septiembre de 2014

mini-manual de instalación: Arch

En esta ocasión nos tomaremos un respiro de tanto tratar la instalación de GNU/Linux en abstracto, y para ello nada mejor que una prueba concreta. Arrancaremos Arch en una máquina virtual y realizaremos una instalación sencilla. Esto surge porque algunos usuarios de ForoSUSE han manifestado encontrar difícil esta instalación que, como vemos, realmente es tan sencilla como cabe esperar.

Repasemos lo que hemos aprendido hasta ahora y lo que vamos a aprender más tarde. Para instalar un sistema operativo cualquiera, en primer lugar necesitamos el medio, y el dispositivo en el que vamos a instalar. Para ello, el medio lo obtendremos en cualquiera de los enlaces de descarga que se proporciona en la web de Arch; En cuanto al dispositivo de instalación, será un disco duro virtual.

Una vez que tenemos qué instalar y dónde instalarlo, podemos comenzar la instalación. Básicamente, se crea la estructura de directorios apropiada para organizar las cosas, se copia el núcleo, las utilidades de sistema (con una configuración básica) y el software elegido por el usuario. En general, la mayor parte de este proceso es más o menos automático; además, la mayoría de distribuciones GNU/Linux incluyen una selección de software determinada.

Arch es un sistema operativo con filosofía KISS. La interpretación que ellos hacen a algunos puede sonarles un poco extrema. Su instalación consiste en iniciar un sistema de arranque más o menos básico con un terminal de comandos, desde el que se va preparando el sistema paso a paso: creas, formateas y montas las particiones, instalas el sistema básico y a partir de ahí según las necesidades del usuario.

Para seguir todos estos pasos, lo que he hecho es acceder a la documentación en español sobre el tema. Ahí nos va diciendo los pasos a ejecutar y nos enlaza con documentación complementaria para cada parte de la instalación. Dicho esto, en el blog desdelinux tienen una guía lo suficientemente detallada para realizar una instalación sencilla. Había pensado ilustrar esto con mis propias capturas, pero las de esta guía están bastante bien.


En el blog, una vez definidas las particiones, comienzan por instalar el sistema básico, al que añaden NetworkManager y grub-bios. El primero no tiene mucho que comentar: es un grupo con el núcleo, el script que carga el sistema y todas las utilidades que constituyen el sistema operativo en sí; el segundo es el gestor de redes moderno, NetworkManager (que es el que manejamos con el applet de escritorio); instalarlo en este momento, nos simplifica todo lo demás. El tercero es el cargador de arranque para sistemas con BIOS tradicional. Para BIOS modernas, es decir, UEFI, véase grub-efi, aunque el procedimiento será igual.


En esta instalación se utiliza el mismo perfil para el usuario administrador que para el usuario normal, salvo la contraseña que puede ser o no distinta. Sin embargo, es posible definir perfiles distintos, particularmente si se utiliza un escritorio gráfico.

Arch no presupone nada. Los grupos de paquetes pueden tener las dependencias que sean, pero por defecto se instalarán unas y otras, sin más. Por ejemplo, si quieres Firefox tendrás que instalarlo explícitamente. También cualquier servicio adicional que quieras utilizar deberás hacerlo arrancar explícitamente. La filosofía KISS consisten principalmente en eso: tú eliges qué quieres usar. Naturalmente, el reto está en saber qué quieres utilizar, o dicho de otra forma, qué es lo que necesitas para hacer qué cosas.


No hay mucho que comentar de la instalación en sí. En mi caso, he tenido que ajustar la selección de tarjeta gráfica, ya que utilizo una máquina virtual. Para no complicarme, utilizo VMVGA y para ella cargo el driver VESA. Sin complicaciones, ya que mi propósito es probar la instalación. Naturalmente, en su caso hay que utilizar el driver apropiado.

Una curiosidad: al menos en la descripción de la instalación de KDE, concluye activando el arranque de KDM, pero sin embargo indica que se reinicie el sistema. ¿Para qué? Basta con iniciar KDM, o bien el target gráfico: sudo systemctl start kdm

Es importante hacer las cosas con calma y en orden. Resumamos:
  1. Activamos el teclado español
  2. Creamos y formateamos las particiones. Si tenemos BIOS normal, podemos usar fdisk o cfdisk, por ejemplo; para EFI, podemos usar gdisk.
  3. Instalamos el sistema básico, el gestor de redes y el cargador de arranque. Naturalmente, si disponemos del gestor de arranque de otra distribución no tenemos por qué añadir otro. Fijaos que en el blog recomiendan añadir ya en este momento el soporte para el touchpad si estamos con un portátil
  4. Generar /etc/fstab, el fichero que define qué particiones contiene el sistema y cómo y dónde se montan.
  5. chroot para comenzar a utilizar el las herramientas del sistema instalado.
  6. Nombre del equipo.
  7. Localización: idioma, idioma del teclado.
  8. Configuración del arranque (si se ha instalado ;) ).
  9. Contraseña de root
  10. Reinicio para iniciar el nuevo sistema.
Hasta aquí tenemos un sistema básico. Lo siguiente es configurar un usuario. También podemos, por ejemplo, poner un sistema gráfico.
  1. Activar NetworkManager y configurarlo para que se arranque al inicio.
  2. Crear usuario y contraseña.
  3. Asegurarse de que el usuario puede utilizar sudo (instalar sudo si no se ha hecho aún: pacman -S sudo)
  4. Instalar X
  5. Instalar el driver de nuestra gráfica.
  6. En este punto, en el blog prueban el sistema gráfico instalando un sistema mínimo. Si estamos seguros de nuestro driver, podemos obviar esto e instalar el sistema gráfico que queramos directamente. En mi caso, instalé KDE siguiendo también la guía al efecto.
Para el caso de KDE:
  1. Instalamos el metapaquete o patrón para KDE, kde-meta. Cuando pregunta, seleccionamos "todos", que es la selección por defecto.
  2. Instalamos el idioma español, el plasmoide para NetworkManager y la aplicación para instalar paquetes.
  3. Activamos y arrancamos el gestor de sesiones gráficas, KDM.
No he añadido más capturas porque la guía lo documenta bastante bien. Solo añado el resultado de la instalación de KDE.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Camino a Linux: o de cómo diantres meto yo eso en el computador iv: medios arrancables

No tiene mucho sentido hacer una entrada en el blog simplemente para contar cómo se hace un DVD o un live-USB para probar o instalar cualquier distribución de GNU/Linux. Es algo lo suficientemente habitual para que sea fácil encontrar guías muy bien hechas sobre el proceso. En todo caso, en lo que sigue se verán algunos detalles a tener en cuenta.
"En esto, como en todo en Linux, prefiere siempre la información referida a tu distribución en concreto, sea cual sea"

Por ejemplo, para openSUSE podemos encontrar un buen artículo en su propia wiki respecto a la instalación desde pendriveSDB:Live_USB_stick Un artículo creado en su momento por los usuarios Xiscoj y Arag92 y mantenida al día por el usuario jcsl, como casi toda esa wiki.
openSUSE dispone de su propia herramienta para crear pendrives autoarrancables, llamada SUSEStudio Imagewriter. Es una gran herramienta para imágenes ISO creadas con su sistema En SUSEStudio, y por ende es muy fácil que no funcione con otros tipos de imágenes. Los "mortales" usan Unetbootin, que además es capaz de descargar la imagen a colocar en el pendrive. Y no sólo eso, hay un buen puñado de programas dedicados a esta tarea.

Reglas Básicas

  1. Si no tienes grabadora, comprueba que la distribución a instalar puede ser instalada desde un pendrive. Aunque es relativamente sencillo crear un pendrive que arranque cualquier imagen de un DVD que a su vez sea arrancable, lo cierto es que si la distribución proporciona soporte a ese tipo de instalación la vida será más sencilla.
  2. Busca un buen origen para conseguir la imagen de tu distribución. La imagen de la que hablamos siempre es un tipo de fichero especial, con extensión .iso, que contiene no sólo el contenido del DVD de instalación de turno, sino que está grabado de tal forma que puede volver a grabarse en un DVD de forma exacta. Por eso se le llama imagen: porque es una copia exacta desde la que es posible reconstruir el original.
  3. Puedes comprobar si tu distribución está disponible en varios lugares distintos, llamados  espejos (o más habitualmente, en inglés mirrors). A veces es más rápido descargar desde un lugar que desde otro. Puedes, por ejemplo, tratar de descargar del que esté más próximo a tu casa. De todas formas, la lista de mirrors siempre estará en la web de la distribución, no la descargues de otros lugares de los que los reponsables de tu distribución no sepan nada.
  4. Una vez guardada la imagen.iso en tu disco duro, comprueba que está bien. Para eso hay varios medios, aunque el más popular es comprobar la suma md5. Por ejemplo, en http://download.opensuse.org/distribution/13.1/iso/ se guardan las imágenes de los distintos medios de instalación de openSUSE: DVD, DVD-live, red... Para cada uno de ellos hay varios archivos: el .torrent es para realizar la descarga con un cliente torrent; los demás, para comprobar que el contenido del fichero descargado es correcto. Si intentas grabar, por ejemplo,  openSUSE-13.1-DVD-x86_64.iso en un DVD con la aplicación k3b, ésta, en primer lugar, calculará la suma md5 que corresponde a ese fichero, que se guarda en el fichero openSUSE-13.1-DVD-x86_64.iso.md5. Si todo está bien, podrás grabarlo; si no coincidiese, pues es que ha habido una alteración en el fichero tanto antes de descargarlo o bien al descargarlo. En ese caso, no deberías utilizarlo, ya que dará problemas de algún tipo (software malicioso, simples errores...).
  5. Si estás grabando un pendrive, sigue atentamente las instrucciones que disponga la web de la distribución.
  6. Si estás grabando un DVD o un Live-CD, comprueba las opciones básicas de tu programa de grabación de DVD y asegúrate de que estás grabando una imagen y no un fichero.

 Y el detalle

Cuando arrancas un medio cualquiera, un DVD para instalar Ubuntu o un disco duro con El Mal, dicho medio debe de tener algún sistema de arranque. Por eso, en el caso de un pendrive, puede no ser suficiente con copiar la imagen en orden correcto. Y esa es la misma solución cuando todo falla: ¿por qué no dotarlo de arranque? No es difícil encontrar guías para esto, e incluso suelen acompañar a las guías referidas al arranque desde pendrive como "instalación manual" o similar.

Por otra parte, para arrancar un sistema Linux simplemente necesitas un núcleo y el script de arranque, siempre y cuanto tengas un cargador de arranque. Esto es útil cuando lo que tienes es ya un Linux: descargas el núcleo y el fichero initrd, añades una entrada en el menú de tu cargador de arranque para ellos (con un título, por ejemplo, "instalación de Fedora".

Un ejemplo de esto con openSUSE, que al ser al distribución que uso es la que más conozco: el arranque de la distribución está en http://download.opensuse.org/distribution/13.1/repo/oss/boot/x86_64/loader/. Esto mismo también está en la imagen del DVD de instalación, si ya lo hemos descargado. Para otras distribuciones, es cuestión de curiosear en su documentación o de preguntar en sus foros.

Por cierto, recuerda que la copia es literal: si lo que estás copiando tiene soporte EFI lo que resulte de la copia también lo tendrá, y no le aparecerá por arte de magia si no lo tenía al principio.

Recuerda siempre la máxima: al menos hasta que te sientas a tus anchas en Linux, trata de ceñirte a tu distribución y a sus herramientas. Para instalar como para muchas otras cosas: ahórrate los sustos ;)

Con todo esto, no debería haber problemas en poner un DVD de instalación en marcha. En la próxima entrega hablaremos un poquito de cómo instalar el sistema, cómo aprovechar la memoria o el disco y otras pequeñas cosas.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Camino a Linux: o de cómo diantres meto yo eso en el computador iii: la selección de arranque

En la entrada anterior hemos visto las posibilidades para arrancar el sistema, bien para los equipos con la BIOS tradicional bien para los equipos con las más modernas UEFI. Pero ¡ni una sola palabra de cómo seleccionar lo que queremos arrancar!

Lo de siempre...


Desde hace ya décadas es posible seleccionar el orden de arranque de los dispositivos de un computador, siempre y cuando, naturalmente, la BIOS (o UEFI) lo soporte. Las más antiguas soportan simplemente arrancar desde disquetera o disco duro, mientras que las más modernas pueden arrancar desde la red, USB, DVD y otros dispositivos menos comunes. Para ello, basta con acceder a la utilidad de configuración de la BIOS/UEFI, establecer el orden en el que se debe de intentar arrancar, guardar los cambios y reiniciar.

¿Cómo acceder a dicha utilidad? Bien, como tantas otras cosas, varía de una a otra utilidad de configuración. Muchas se arrancan pulsando la tecla suprimir (Supr), mientras que otras necesitan que se pulse la tecla de función F2. Y alguna utilidad de configuración puede ser más exótica y requerir otra tecla distinta. Algunos portátiles (por ejemplo, de HP) disponen de un menú que se muestra al pulsar la tecla ESC y que permite seleccionar otras opciones.

Podemos llamar algo así como "sesión BIOS" el tiempo en que nuestra BIOS/UEFI ejecuta sus chequeos y establece sus configuraciones. Antes la mayoría de los datos (memoria RAM disponible, discos...) se mostraba, pero ahora es más habitual poner algún dibujo o logotipo. En cualquier caso, dicha sesión puede ser relativamente breve, lo que hace que arrancar la utilidad de configuración de la BIOS no siempre sea tan trivial como parezca: en unos casos podemos apresurarnos tanto que la BIOS aun no haya detectado el teclado, mientras que otras veces podemos demorarnos lo suficiente para que la BIOS haya cargado ya el arranque del sistema operativo, aun cuando nosotros aún estemos viendo el logo de turno. En mi caso suele funcionarme pulsar varias veces la tecla de turno a intervalos regulares, por las dudas. Sea un logo o sea la información del sistema, en la parte inferior de la pantalla se mostrarán las opciones que hay, simplemente hay que estar atento (y quizás reiniciar un par de veces para poder leerlas todas correctamente).


Una utilidad que incluyeron las BIOS desde hace bastante tiempo y que ahora también incluyen las UEFI es el menú de arranque. Este menú permite seleccionar cualquier dispositivo (disponible para la BIOS/UEFI) desde el que arrancar, con independencia del orden de prioridad prefijado en la configuración. Así, el menú se muestra al pulsar la tecla correspondiente, de forma análoga al inicio de la utilidad de configuración y siguiendo las mismas prevenciones que para ella. Por ejemplo, los portátiles HP suelen desplegar este menú tras pulsar F9, mientras que las placas base de Asus pueden usar F8 (que es la misma tecla que muestra el cargador de arranque de Windows, lo que en algunas situaciones puede inducir a confusión). Otro ejemplo, las placas Gigabyte que muestran la utilidad de configuración en F2 pueden arrancar con F2.

... Y lo moderno...

Hasta aquí todo resultaba relativamente sencillo. Es decir, tendemos a tener pocos computadores, o incluso solo uno, así que recordar cómo se arranca desde DVD en nuestro portátil no tiene por qué ser demasiado exigente. Además, muchos equipos ya vienen configurados de fábrica para que el primer dispositivo desde el que traten de arrancar sea el DVD, y en los equipos con menos de diez años arrancar desde un pendrive solamente exige el esfuerzo de buscarlo en el menú antes mentado, además de un poco de atención para pulsar la tecla que despliega dicho menú en el momento correcto.

EFI y el Secure Boot complican ligeramente la situación. Ya no basta con que la BIOS esté configurada para que arranque desde DVD para que efectivamente arranque desde DVD, como hemos visto en la entrada anterior. Es sistema EFI sólo acepta dispositivos EFI, mientras que el sistema legacy o compatible (CSM) no arrancará dispositivos EFI. Así, si uno tiene Windows 7 lo ideal es usar el modo compatible, mientras que con Windows 8 es mejor usar el sistema EFI. Nótese que, como he comentado en otras entradas del blog, un DVD original de Windows 8 puede que no seas capaz de arrancarlo en un sistema que solamente use EFI. En el caso de los portátiles con Windows 7 preinstalado, pueden usarse ambos modos.

Es tentador activar simplemente el modo compatible para cualquier eventualidad, y por sí mismo no ofrece ningún problema. Lo malo es que después hay que prestar atención para que los efectos no sean indeseados. Por ejemplo, puede no ser buena idea instalar Linux en un sistema con Windows 8 en modo "legacy".

¿Y qué hay de Windows 8 y su secure boot? Bien, por fin si grabas algo en el arranque de Windows no podrá ejecutarse sin permiso, incluso si es un virus. Eso significa que sí que es cierto que esta característica responde a una carencia técnica del sistema operativo. Claro que habría estado mejor algún sistema de control de acceso tipo lo que hace Linux, pero el mundo (del dinero) es así. Secure boot hace que UEFI compruebe que el sistema a arrancar dispone de una clave autorizada (por Microsoft, por supuesto). Si lo que quieras que vayas a arrancar dispone de una, no tendrás problemas, pero si no la tiene por cualquier razón el sistema se lo impedirá. La mayor parte de equipos con UEFI pueden ser configurados para que ignoren esta característica, una forma de lavado de conciencia por parte de los fabricantes, que saben que implementar estupideces por las necesidades de otras empresas a medio plazo no es buena idea.

... para al final...


Con todo esto, encendemos el equipo y pulsamos la tecla para seleccionar el medio a arrancar: CD/DVD si lo que tenemos es un CD/DVD, USB-disk para un disco conectado por USB (incluso para los pendrives), etc. Una vez que hemos arrancado nuestro medio de instalación, todo es más sencillo, o al menos es más fácil encontrar documentación al respecto. Se cargará el sistema de arranque del medio de turno, en función del contenido de dicho medio: una distribución Linux generalmente cargará grub2-efi o grub2, para el caso de que estemos o no usando el sistema EFI. Pese a todas las profecías y las esperanzas de Microsoft, la mayoría de distribuciones arrancarán bien en cualquier equipo. Como he dicho, más fácilmente incluso que el propio Windows.

Todo esto está muy bien, pero necesitamos tener un medio que arrancar, sea un live-DVD para probar una distribución sin cambiar nada realmente o bien un CD o pendrive con lo necesario para instalar a través de la red. De esto hablaremos en la próxima entrega.